César Franco y Juan G. Beltrán protagonizaron una lucha por el poder en el Cambio Radical.
Cambio Radical atraviesa una de sus etapas más tensas en el Tolima. La distancia entre el concejal de Ibagué, César Eugenio Franco, y el diputado departamental, Juan Guillermo Beltrán, ha puesto en evidencia las fisuras internas de la colectividad. A pesar de compartir toldas, ambos referentes del partido sostienen una relación marcada por las diferencias estratégicas, ideológicas y políticas, en medio de una pugna silenciosa por el control del poder local.
Franco ha sido señalado por presuntas muestras de “indisciplina partidista” desde hace varios años. En 2021, su padre, Orlando Franco, fue candidato a la Cámara de Representantes por el Partido de la U, sin que él manifestara un apoyo claro a los candidatos de Cambio Radical, lo que generó molestia entre las bases. Además, ha intentado alinear al exalcalde Andrés Fabián Hurtado con la colectividad, algo que no prosperó y que generó rechazo de Beltrán.
Aspiraciones
Hoy, César Franco busca presidir el Concejo de Ibagué, pero sus aspiraciones se ven amenazadas por el distanciamiento entre la alcaldesa Johana Aranda y Hurtado, así como por la frágil relación que mantiene con la actual mandataria. Su nombre no genera consenso, y muchos en el círculo de Cambio Radical ven su proyecto con recelo.
En contraste, Juan Guillermo Beltrán ha sido leal a las directrices del partido y mantiene buena relación tanto con la gobernadora del Tolima como con la propia alcaldesa de Ibagué. Esa posición lo convierte en un actor central para las decisiones del futuro cercano, especialmente con miras a las elecciones legislativas.
Proyecciones
Beltrán se perfila como candidato a la Cámara en 2026, lo que podría reforzar su dominio al interior del partido. Si llega a obtener una curul en el Congreso, no solo ganaría peso político, sino que tendría la llave del otorgamiento de avales. En ese panorama, si César Franco quiere aspirar a la Asamblea en 2027, necesitará su respaldo.
Factura
La pregunta es si Beltrán estará dispuesto a olvidar los desencuentros pasados, o si le pasará factura por sus “deslealtades”. Lo cierto es que la contienda interna ya está en marcha. En los corredores políticos tolimenses se rumora: quien logre mantenerse firme en esta lucha, tendrá el control del partido para los años venideros.
