Natalia narró su experiencia y señaló que había sido víctima de abuso sexual y abuso de autoridad, supuestamente perpetrados por miembros de la Policía Municipal de Puerto Gaitán y del Grupo de Operaciones Especiales (GOES).
No tuvo acompañamiento
La valiente denuncia de Natalia no solo apunta a los responsables directos del presunto abuso, sino que también resalta las fallas y demoras que, según ella, han caracterizado el manejo de su caso por parte de las autoridades locales. En su relato, agradeció a la Gobernación del Meta por el apoyo brindado, pero señaló la necesidad urgente de esclarecer lo sucedido y garantizar justicia.
La joven mencionó específicamente a dos personas: Juan Andrés y Alejandro Olarte, a quienes responsabilizó directamente de su sufrimiento. Asimismo, culpó a la Policía de Puerto Gaitán y a los miembros del GOES que participaron en los hechos que, según afirma, fueron documentados en un video que ella misma divulgó.
Testigos
En su mensaje, Natalia destacó la importancia de que su testimonio fuera escuchado y compartido por la comunidad. “Les pido el grandísimo favor a ustedes, mi gente, que compartan este video, que me ayuden a difundir esta información”, expresó, en un claro llamado a la solidaridad. Además, agradeció a sus seres queridos por su incondicional apoyo, mencionando en particular a su madre, a su amigo Janiel, y a otros allegados que estuvieron a su lado desde el inicio del proceso.
Justicia
La denuncia de Natalia es un llamado a la justicia, pero también a la empatía y la comprensión. En su mensaje, hizo un esfuerzo consciente por agradecer a quienes han estado a su lado, mientras que también reconoció que habrá personas que, en lugar de apoyarla, podrían atacarla o incluso culparla por lo ocurrido. A esas personas, Natalia les dirigió un mensaje de paz: “Mi Dios los proteja y bendiga para que nunca tengan que vivir por una situación como esta”.
Este tipo de denuncias, que lamentablemente aún se ven con frecuencia en distintas partes del país, subrayan la necesidad de que se fortalezca la respuesta institucional frente a los casos de violencia sexual y abuso de autoridad. Las víctimas, como Natalia, necesitan un acompañamiento integral que no solo aborde la parte judicial, sino también el apoyo emocional y psicológico que este tipo de situaciones demanda.




