La llegada de Cadillac a la Fórmula 1 genera interrogantes sobre si el fabricante estadounidense podría convertirse en una amenaza real para los equipos establecidos de la parrilla
El ingreso de Cadillac al Gran Circo representa un desafío potencial para las escuderías tradicionales, especialmente considerando el respaldo financiero masivo de General Motors y la determinación del fabricante estadounidense de competir al más alto nivel. Si bien es poco probable que Cadillac sea competitivo desde su primera temporada, la historia de la Fórmula 1 ha demostrado que los fabricantes con recursos ilimitados y compromiso a largo plazo eventualmente pueden convertirse en protagonistas. Los equipos establecidos observan con atención el proyecto, conscientes de que subestimar a un gigante automotriz podría ser un error costoso.
La verdadera amenaza de Cadillac no radica en su primer año de competencia, sino en su capacidad de desarrollo a mediano y largo plazo con el respaldo de GM detrás del proyecto. Los equipos de mitad de tabla son quienes más deberían preocuparse, ya que Cadillac podría absorber presupuestos, patrocinadores y talentos que tradicionalmente se distribuían entre las escuderías menores. La incógnita permanece abierta: ¿será Cadillac otro equipo más del fondo de la parrilla o logrará consolidarse como una amenaza real para los gigantes establecidos de la Fórmula 1?




