Olga Lucía Alfonso anunció que la obra de saneamiento ya supera el 50% de avance.
Con un progreso del 52%, el colector Puente Tierra en Chaparral avanza como una de las obras de saneamiento básico más relevantes del sur del Tolima. La Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, lidera este proyecto que busca descontaminar la quebrada La Sapera, mejorar la calidad del agua y garantizar un entorno más saludable para miles de habitantes.
Durante un recorrido, la directora de Cortolima, Olga Lucía Alfonso Iannini, enfatizó que la quebrada recibe actualmente el 60% de las aguas residuales domésticas de la cabecera municipal, generando un grave impacto ambiental. Con el colector se recogerán vertimientos en sectores como Puente Tierra, Divino Niño, Penitenciaría y Fundadores. Así, se reducirá la contaminación, los malos olores y el riesgo de enfermedades.
La funcionaria resaltó que esta obra representa una inversión estratégica que no siempre es visible para la comunidad, ya que gran parte de la infraestructura queda bajo tierra. Sin embargo, el beneficio directo se reflejará en la salud y bienestar de la población.
Inicialmente, el colector tuvo una inversión de $4.000 millones, de los cuales $3.398 millones fueron aportados por Cortolima y el resto por la Alcaldía de Chaparral. El proyecto incluye la instalación de 450 metros de tubería y 17 pozos en concreto para transportar y tratar las aguas residuales que antes eran vertidas directamente al afluente.
Ahora, con el propósito de ampliar su alcance, Cortolima adicionará $1.700 millones y el municipio sumará $300 millones, recursos que permitirán instalar 220 metros adicionales de tubería y cinco pozos más. Con esta ampliación, el impacto ambiental positivo será mayor y más comunidades se verán beneficiadas.
El alcalde de Chaparral, Helvert González, destacó que la obra se articula con el Plan de Desarrollo, en el que se prioriza la descontaminación de fuentes hídricas y el fortalecimiento del saneamiento básico. Según él, el colector representa una mejora sustancial en la calidad de vida de quienes habitan la zona, además de contribuir a la conservación de microcuencas que alimentan al río Tetuán.




