Millones de personas salieron a las calles de París y otras ciudades francesas para manifestarse contra una polémica reforma laboral que eleva la edad de jubilación y reduce beneficios sociales. Las movilizaciones, que se han mantenido durante semanas, reflejan un profundo malestar ciudadano con el gobierno.
El presidente francés ha defendido la reforma como necesaria para la sostenibilidad del sistema de pensiones, pero los sindicatos y la oposición exigen su retiro inmediato. La tensión social se ha intensificado y se prevé que continúe si no hay una mediación efectiva.
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