Más de 110.000 personas marchan en Londres en protesta antiinmigración; enfrentamientos con la policía

En Londres, más de 110.000 personas protestan contra la inmigración, exigen políticas más duras; se reportan enfrentamientos con la policía, arrestos y debates sobre identidad nacional y derecho de asilo.
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Una masiva manifestación convocada por grupos de derecha, bajo el lema “Unite the Kingdom”, reunió a más de 110.000 personas en el centro de Londres exigiendo restricciones migratorias más estrictas. La protesta generó confrontaciones con la policía, heridos y arrestos, y avivó la polarización en el Reino Unido.

Londres, Reino Unido — 13 de septiembre de 2025.
Una de las mayores manifestaciones de los últimos años en el Reino Unido tuvo lugar en el centro de Londres, donde más de 110.000 personas se reunieron bajo la consigna “Unite the Kingdom”, liderada por el activista Tommy Robinson. La protesta se centró en demandas de políticas migratorias más estrictas, con expresiones de descontento hacia el gobierno de Keir Starmer por lo que los manifestantes consideran una gestión permisiva de la inmigración.

Durante la marcha hubo momentos de tensión: algunos manifestantes se apartaron de la ruta autorizada y comenzaron actos de vandalismo, lanzando objetos a los agentes de policía. Las fuerzas del orden respondieron con contención. Se reportaron 26 policías heridos, cuatro de ellos con lesiones consideradas graves, y al menos 25 personas detenidas.

Entre los símbolos más polarizadores que se vieron estaban banderas del Reino Unido (Union Jack), banderas de Inglaterra (St George’s Cross), y consignas antiinmigración. En algunos casos, los asistentes lucían gorras con mensajes alusivos al movimiento MAGA, lo que evidenció la influencia transnacional de discursos migratorios polarizados.

El seguimiento del evento mostró una ciudadanía dividida: mientras algunos sectores ven la marcha como una expresión legítima de preocupación por la capacidad del país para integrar migrantes, otros la critican duramente por alimentar discursos xenófobos y de odio. Además, la protesta incrementa la presión sobre el gobierno para revisar leyes de inmigración, refugio y asilo.


La manifestación demuestra la creciente tensión social en el Reino Unido respecto al tema migratorio. Lo que parecía una protesta más se convirtió en un punto de conflicto entre libertades de expresión, seguridad pública y derechos de los migrantes. El gobierno de Starmer enfrenta un dilema: responder con mano firme para evitar desbordes, o intentar calmar los ánimos mediante reformas que satisfagan parte de la demanda ciudadana sin caer en políticas extremas. La forma en que actúe podría marcar la agenda política en lo que resta del año.


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