La promesa de un «estricto control» a jinetes y equinos en la cabalgata del 13. ° Festival Llanero se presentó como una iniciativa necesaria, pero en la práctica, parece un discurso que no llega a concretarse en acciones efectivas. A pesar de las reiteradas advertencias y regulaciones que se anuncian antes de cada evento, el cumplimiento de estas medidas ha sido históricamente deficiente, y las denuncias de maltrato animal, desorden y abuso de los participantes son una constante que se repite.
Sin cumplir
Recientemente se informó que el Gobierno municipal, a través de las autoridades competentes, aplicará controles rigurosos «antes, durante y al final» del evento. Sin embargo, muchas veces se han escuchado las mismas promesas sin que se vean resultados. En festivales anteriores, se anunciaron medidas similares para prevenir maltrato a los equinos y garantizar la seguridad del evento, pero las imágenes de caballos exhaustos, golpeados y jinetes en evidente estado de embriaguez han sido frecuentes en las redes sociales y medios locales.
Cuestionable
Uno de los puntos más cuestionables es la falta de control sobre los jinetes. Aunque se indica que se prohíbe cabalgar bajo los efectos del alcohol o de sustancias alucinógenas, en la práctica, este tipo de controles parecen ser más teóricos que reales. En eventos anteriores, las imágenes de jinetes bebiendo durante la cabalgata o cabalgando sin control han demostrado que estos controles, si es que existen, son poco efectivos.




