Un innovador profesor en Estados Unidos ha encontrado una forma creativa de enseñar a sus estudiantes sobre calificaciones utilizando música como herramienta pedagógica. Durante las evaluaciones, el docente reproduce música triste cuando un estudiante ha perdido y, en contraste, música alegre cuando aprueba.
La iniciativa ha sido bien recibida por los alumnos, quienes consideran que la música añade un elemento emocional a la experiencia educativa. Este enfoque no solo ayuda a los estudiantes a asociar sus emociones con sus resultados académicos, sino que también fomenta un ambiente de aprendizaje más dinámico y entretenido. La originalidad del método ha generado interés y elogios tanto en la comunidad educativa como en las redes sociales, destacando la importancia de la creatividad en la enseñanza.



