Yesit Cuarán, productor agropecuario, advierte que las importaciones de papa afectan a los agricultores nariñenses y urge intervención del Gobierno.
La papa, cultivo emblemático del departamento de Nariño, atraviesa una coyuntura crítica que pone en riesgo la estabilidad económica de miles de familias campesinas. Agricultores, productores y comerciantes del sur del país manifiestan su preocupación ante la pérdida de competitividad del tubérculo en los mercados nacionales.
Yesit Cuarán, reconocido productor agropecuario de Ipiales, señala que la falta de controles efectivos en la amplia frontera ha permitido un ingreso masivo de papa extranjera que impacta directamente en los precios. “No basta con vigilar los pasos fronterizos, se requiere control en toda la cadena, incluyendo vías y centros de abastecimiento como Corabastos, que concentran gran parte de la distribución”, aseguró.
Importaciones
La preocupación central del gremio se enfoca en el crecimiento exponencial de las importaciones. Según datos referenciados por Cuarán, en 2012 Colombia importaba unas 25.000 toneladas de papa procesada, mientras que hoy esta cifra supera las 85.000 toneladas. Esto significa que se dejan de cultivar cerca de 320.000 toneladas de papa fresca en territorio nacional, afectando directamente a los productores. “La industria está dominada por un mercado casi monopólico, donde todo sube menos lo que pagan al agricultor”, agregó.
Ante este panorama, los agricultores solicitan una intervención inmediata por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio y del Ministerio de Comercio Exterior. Consideran necesario establecer salvaguardas que permitan proteger la producción nacional y revisar los términos del Tratado de Libre Comercio (TLC), que según el gremio ha facilitado la entrada masiva de papa procesada. “El Gobierno tiene la posibilidad de generar condiciones de competencia justa y evitar que se sigan afectando las economías campesinas”, expresó Cuarán.
Economía
El impacto económico es profundo. En Nariño, miles de familias dependen directa e indirectamente del cultivo, transporte y comercialización de la papa. La disminución de la rentabilidad y el incremento de los costos de producción han llevado a muchos agricultores a reducir sus áreas sembradas. “Estamos en un punto de quiebre: si no se toman decisiones de fondo, veremos un abandono masivo de tierras y una disminución considerable de la producción nacional”, advirtió el productor.
Además de la regulación del mercado, los agricultores enfatizan la necesidad de fortalecer la competitividad del cultivo nacional. Proponen incentivar la tecnificación, garantizar precios justos y crear programas de apoyo para mejorar la calidad y productividad de la papa colombiana. “No pedimos subsidios, pedimos reglas claras para competir en igualdad de condiciones”, insistió Cuarán.
Mercados
Otro punto crítico es la concentración de la comercialización en pocos escenarios. Corabastos, la principal central de abastos del país, es señalada por los productores como un eslabón donde se distorsionan los precios y se privilegia la papa importada. “Necesitamos transparencia y control en estos puntos de distribución, porque allí se define el precio que llega al consumidor y la rentabilidad que recibe el agricultor”, dijo Cuarán.




