Las recientes declaraciones del alcalde de Popayán, Jorge Bastidas, han causado indignación entre la ciudadanía, luego de afirmar en medio de una entrevista que su administración “no tiene un ejército de contratistas”.
La frase, pronunciada en tono de defensa ante cuestionamientos por el creciente número de contratos por prestación de servicios dentro de la Alcaldía, fue interpretada por muchos como una muestra de desconexión con la realidad local.
Mientras el mandatario intenta proyectar una imagen de eficiencia y austeridad, los ciudadanos aseguran que los problemas persisten: calles deterioradas, demoras en la atención institucional, falta de inversión social y una sensación general de abandono.
Diversas voces en sectores políticos y sociales han tildado la respuesta de Bastidas como un acto de cinismo, al considerar que los recursos públicos se siguen utilizando para sostener estructuras burocráticas antes que para resolver las necesidades reales de la población.
Entre tanto, la administración municipal insiste en que la contratación se ajusta a la ley y que los cargos por servicios profesionales son “necesarios para garantizar la operatividad del gobierno local”. Sin embargo, el malestar ciudadano sigue creciendo, mientras Popayán enfrenta una crisis de confianza y de gestión pública
