En Buenaventura, una problemática tan grave como silenciada sigue ocurriendo fuera del radar de las autoridades: el secuestro sexual de menores. La falta de denuncias ha impedido que se generen investigaciones formales, debido al miedo que embarga tanto a las víctimas como a sus familias. Esta realidad ha sido expuesta por algunos miembros del Concejo Distrital, entre ellos la edil Libia Mosquera, quien denunció públicamente la situación durante una sesión de control político. “He sido enfática en llevar este tema ante las autoridades. En el debate con la secretaria de Gobierno, Liliana Vivas, y en presencia del comandante de la Policía y la Armada, pregunté si existían censos o investigaciones al respecto. Como no había información, les exigí que iniciaran las indagaciones pertinentes”, señaló Mosquera. Según su testimonio, muchas niñas desaparecen durante varios días y luego son devueltas a sus hogares con amenazas de muerte si se atreven a hablar. La concejala subrayó que las familias prefieren guardar silencio, temiendo no solo represalias, sino también los señalamientos sociales que revictimizan a las menores. “No todos los actos sexuales son consentidos, pero la sociedad tiende a cuestionar la reputación de las adolescentes”, dijo. Mosquera hizo un llamado urgente a las autoridades competentes para que actúen con celeridad, generen confianza en las comunidades y protejan a las niñas víctimas de estos abusos.

