Juan Rojas operador de maquinaria amarilla denuncia abandono tras ser víctima de un ataque armado.
Hace exactamente un año, el operador de maquinaria amarilla Juan Rojas vivió el peor día de su vida. Mientras realizaba labores de demolición dentro del conjunto residencial Bosque Sereno Reservado, en la ciudad de Ibagué, fue víctima de un disparo a manos de un residente del sector, quien presuntamente presentaba problemas de convivencia y consumo de sustancias, según lo informó la víctima.
El ataque ocurrió dentro de una obra del grupo Colpatria, donde Rojas cumplía funciones contratadas por la empresa Cyma Ingenierías, dedicada al alquiler de maquinaria pesada y con sede en el barrio El Salado. Como consecuencia del impacto, el trabajador sufrió graves heridas en su rostro, entre ellas la destrucción de su mandíbula y la pérdida de siete dientes, lo que le ha dejado secuelas físicas y psicológicas permanentes.
Pese a la gravedad del hecho, el agresor no ha sido capturado ni judicializado. “No entiendo cómo después de un año no hay avances, ni capturas. Estoy vivo de milagro, y nadie responde”, aseguró Rojas. Sin embargo, su calvario no terminó ahí. Meses después del ataque, la empresa para la que trabajaba le dio la espalda, iniciando una serie de presuntas conductas de acoso laboral.
Entre las acciones denunciadas por el trabajador se encuentran la reducción injustificada de su salario, el adelantamiento forzoso de sus vacaciones y tratos humillantes, De acuerdo con Rojas la ARL le exigía quietud para su recuperación, pero para dicha empresa esto no era agradable. Al parecer, Rojas habría sido retirado de la empresa sin contemplación alguna
Rojas también asegura haber acudido al Ministerio del Trabajo para radicar una queja por acoso laboral, pero afirma que no recibió acompañamiento ni seguimiento a su caso. Hoy, después de doce meses, continúa esperando justicia por el ataque que casi le cuesta la vida y por el abandono institucional que ha padecido. “Me dispararon en el trabajo, me dejaron solo y luego me desecharon como si no valiera nada”, manifestó.
Este caso ha generado preocupación sobre la protección de los trabajadores en obras de construcción y el seguimiento de las instituciones frente a situaciones de violencia laboral y física.



