El presidente Iván Duque, se refirió al caso de la muerte del famoso estilista Mauricio Leal y de su madre Marleny Hernández, en declaraciones a los medios de comunicación desde la Casa de Nariño, dejando en claro su admiración por el trabajo liderado por el Fiscal General, Francisco Barbosa.
«Este es un acto que demuestra la corrupción y la podredumbre a la que puede llegar una persona desviada y con codicia, que está dispuesta a todo por dinero. Nos duele y nos indigna, pero se ve la fuerza de las instituciones».
Inicialmente, condenó la codicia que llevó a una decisión tan reprobable: «Por eso felicito hoy al fiscal Barbosa y a todo el equipo de la Fiscalía; al equipo de Medicina Legal, al equipo forense, porque en un tiempo récord lograron esclarecer este crimen con tanta dificultad, sin testigos, pero uniendo cabos, atando todas las pistas (…) Todos los colombianos, todas las colombianas, tienen derecho a saber la verdad del crimen, y a saber la verdad del crimen, y a saber la verdad del crimen. ..) Todos los colombianos tenemos que celebrar el triunfo de las instituciones y que este miserable bandido (Jhonier Leal) tenga su merecido».
El peluquero Mauricio Leal fue encontrado muerto junto a su madre en una cama a finales de noviembre y la confesión en el juzgado de su hermano, Jhonier que aceptó los cargos del doble homicidio ha revolucionado conmocionado el país.
Los cuerpos de ambas personas fueron hallados sin vida en una habitación de la vivienda del reconocido asesor de imagen, ubicado en el municipio La Calera, en el departamento de Cundinamarca, junto a una carta manuscrita en la que el estilista decía: «Te quiero. Perdonadme, no puedo más. A mis sobrinos y hermanos les dejo todo. Con todo mi amor, perdóname, mamá».
Al principio todo parecía indicar que el peluquero había matado a su madre y luego se había suicidado. Sin embargo, pronto se supo que el peluquero, ya herido y bajo el efecto de pastillas tranquilizantes, fue obligado por su hermano a escribir la minuta, todo dentro de la trama para que pareciera un suicidio, aunque no encajaba por las puñaladas, poco habituales en un suicidio.
Al aceptar los cargos de homicidio agravado por parentesco, estado de indefensión y ensañamiento, y ocultación, alteración o destrucción de pruebas materiales, Jhonier podría ser condenado a entre 45 y 50 años de prisión, pero recibiría una reducción de la pena de hasta la mitad.