La violencia contra los servidores públicos del sistema de transporte y movilidad en Cali ha alcanzado niveles preocupantes en lo corrido de 2025. Según reportes oficiales, ya se han presentado 327 agresiones contra conductores del MIO, de las cuales 308 fueron amenazas o insultos y 19 correspondieron a hechos de violencia física, algunas veces acompañadas de daños materiales a los vehículos.
A este panorama se suman 48 casos de agresión a agentes de tránsito, cifra que ya supera más del doble los 21 casos registrados durante el mismo periodo en 2024, lo que evidencia una tendencia al alza en la intolerancia y la falta de respeto hacia las autoridades que regulan el tráfico en la ciudad.
El comportamiento más agresivo se ha concentrado especialmente en los meses de abril y mayo, donde se reportaron los picos más altos de violencia, según los informes consolidados por Metrocali y la Secretaría de Movilidad del Distrito. Los casos incluyen empujones, amenazas con objetos contundentes e incluso intentos de agresión colectiva por parte de pasajeros u otros actores viales.
Andrea Rodríguez, jefe de Cultura y Gestión Social de Metrocali, manifestó su preocupación ante esta situación y realizó un llamado a la ciudadanía: “Los conductores del MIO prestan un servicio esencial. Atacarlos no solo es un acto inaceptable, sino que también puede tener consecuencias legales serias”.
Desde Metrocali reiteraron que el ataque físico o verbal contra funcionarios públicos, incluyendo operadores del MIO y agentes de tránsito, está penalizado por la ley, y puede acarrear sanciones que incluyen multas económicas, acciones disciplinarias e incluso privación de la libertad.
Los operadores del MIO, por su parte, han expresado temor creciente a la hora de desempeñar sus labores diarias, sobre todo en rutas donde se han reportado actos recurrentes de violencia. Algunos han solicitado acompañamiento policial en zonas consideradas de alto riesgo.
Para la Secretaría de Movilidad de Cali, los números reflejan no solo una crisis de seguridad, sino también un problema social más profundo relacionado con los bajos niveles de autocontrol, la falta de educación vial y la frustración de muchos ciudadanos ante el funcionamiento del sistema.
“Invitamos a todos los ciudadanos a canalizar sus inconformidades a través de los medios oficiales y no mediante la violencia. Las agresiones no resuelven nada y solo profundizan la crisis del transporte en la ciudad”, indicó un vocero de la entidad.
Entre los casos más recientes se encuentra el de un conductor agredido en el oriente de Cali tras solicitar a un pasajero que pagara su pasaje. En otro hecho, una agente de tránsito fue golpeada mientras intentaba regular el flujo vehicular en el centro de la ciudad, generando indignación en redes sociales.
La administración distrital analiza implementar nuevas estrategias de protección y convivencia, incluyendo campañas de sensibilización ciudadana y protocolos de respuesta rápida para funcionarios en riesgo. También se evalúa aumentar la presencia de uniformados en estaciones con mayores reportes de violencia.
Desde Metrocali se trabaja en el fortalecimiento del acompañamiento psicosocial a los operadores agredidos y en el diseño de nuevas medidas preventivas, como la instalación de cámaras de seguridad internas en los buses y botones de pánico conectados directamente con el C4.
Las autoridades distritales aseguran que no cesarán en sus esfuerzos por proteger a los servidores públicos y recuperar el respeto en el espacio público. “Garantizar la seguridad de quienes prestan un servicio a la ciudad es también una forma de cuidar a los ciudadanos”, señalaron.
Finalmente, la Policía Metropolitana de Cali recordó que las agresiones deben ser denunciadas y pueden ser reportadas de manera anónima a través de los canales dispuestos por la institución, entre ellos la línea 123, el CAI más cercano o la plataforma virtual de la Fiscalía.




