En vereda de El Chontaduro, ubicada en el municipio de Rosas, se respira un aire de preocupación y desasosiego. Los pobladores, que durante años han vivido en armonía con la naturaleza y han cultivado sus tierras con esmero, hoy se encuentran en medio de la incertidumbre que les genera la demora en el proceso de atención, reubicación, compra de predios y pago de predios por donde se están llevando a cabo las obras de la nueva variante, conexión Vía Panamericana.
Los afectados preocupados por su situación, han agotado todas las instancias legales, espacios de diálogo y hasta han recurrido a acciones de hecho para hacer valer sus derechos. En días pasados decidieron bloquear la obra de la construcción del puente de la variante obligando a los trabajadores a retirarse del lugar, pero al parecer todas sus súplicas han caído en oídos sordos.
Estas personas denuncian que la espera se ha vuelto interminable y la paciencia se agota. Han depositado su confianza en Invías, la gobernación del Cauca, la administración municipal de Rosas y el gobierno nacional, esperando una muestra de compromiso real. Sin embargo, hasta el momento, solo han recibido promesas vacías y palabras sin acción.
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La sensación de abandono y engaño se hace cada vez más palpable en la vereda El Chontaduro. Los pobladores se sienten desprotegidos, como si sus derechos y su bienestar no fueran una prioridad para aquellos que deberían velar por ellos. Han perdido sus tierras sin recibir una compensación justa y oportuna, mientras las obras avanzan y ya están por terminar.
Es inaceptable que Elías Larrahondo gobernador del Cauca, José Campo alcalde de Rosas y Adrián Valencia director de Invías, autoridades competentes, presuntamente no hayan tomado cartas en el asunto y brinden una solución pronta y efectiva a esta problemática. Los afectados merecen ser escuchados y atendidos de manera adecuada. No pueden seguir viviendo en medio de la incertidumbre y la desesperanza.
