En diversos barrios del oriente de Cali, la preocupación ha aumentado por los crecientes indicios de un presunto reclutamiento ilegal de menores de edad por parte de disidencias armadas. Zonas como Llano Verde, Ciudad Córdoba, El Diamante y El Vergel han sido señaladas como posibles puntos de captación infantil por parte de estos grupos.
Según denuncias de líderes comunitarios y organizaciones defensoras de derechos humanos, los reclutadores estarían utilizando tácticas engañosas para atraer a niños y adolescentes, tales como ofrecer cupos en supuestas escuelas de fútbol, trabajos rurales bien remunerados o incluso promesas de ayuda económica para sus familias.
La alarma creció aún más luego del hallazgo de grafitis con mensajes alusivos a estas estructuras ilegales, incluso cerca de zonas sensibles como la Estación de Policía de Llano Verde. La simbología y los mensajes, según expertos, buscan enviar un mensaje de dominio territorial e intimidación a la comunidad.
El personero de Cali, Gerardo Mendoza, visitó los sectores afectados y expresó un firme rechazo ante esta situación. “No puede ser que en puertas y negocios se escriban mensajes alusivos a las disidencias, con los que inescrupulosos pretenden sembrar miedo y zozobra”, declaró.
Infancia en riesgo
El fenómeno del reclutamiento infantil no solo representa una violación grave al derecho internacional humanitario, sino que también genera consecuencias devastadoras en las vidas de los menores y sus familias, muchas veces atrapadas en contextos de pobreza y violencia estructural.
Frente a estos hechos, las autoridades locales han anunciado un refuerzo en los operativos de seguridad y la intensificación de la vigilancia en las zonas afectadas. El objetivo es impedir que los grupos armados consoliden su presencia en los barrios vulnerables de la ciudad.
Intervención psicosocial
Además del enfoque punitivo, se implementarán estrategias de acompañamiento psicosocial a las familias. El ICBF y la Secretaría de Bienestar Social trabajan en rutas integrales de atención que permitan proteger a los niños de contextos que los hagan vulnerables al reclutamiento.
Algunos líderes barriales han reportado que varios jóvenes ya habrían desaparecido de sus hogares sin razón aparente, y se teme que hayan sido captados por estas estructuras. Sin embargo, por miedo a represalias, muchas familias optan por guardar silencio.
Contexto regional
El fenómeno no es aislado. En los últimos meses, otras regiones del suroccidente del país, como el norte del Cauca y el sur del Valle, también han reportado acciones similares de reclutamiento forzado, lo que sugiere una estrategia coordinada por parte de algunas disidencias.
Aunque el oriente de Cali ha estado históricamente golpeado por la violencia urbana, las autoridades no descartan la presencia indirecta de estructuras armadas organizadas que usan a redes locales como intermediarias para ejecutar estas labores de captación.
Una de las estrategias más comunes detectadas por investigadores es el uso de escuelas deportivas falsas o informales, que operan sin supervisión institucional y funcionan como fachada para identificar y reclutar menores con perfil físico y emocional apto para sus fines
La Alcaldía de Cali emitió un comunicado donde reitera su compromiso con la protección de la infancia y la adolescencia. “No permitiremos que se repita el flagelo del reclutamiento en nuestra ciudad. Vamos a trabajar de la mano con las comunidades para evitarlo”, dijo un vocero.
Las autoridades recomendaron a los padres de familia estar atentos a comportamientos inusuales en sus hijos, verificar la legitimidad de las escuelas o academias deportivas, y denunciar cualquier actividad sospechosa a través de las líneas habilitadas por la Policía Nacional.
Apoyo comunitario
Organizaciones sociales como la Red de Defensores de Derechos Humanos del Oriente de Cali han iniciado campañas pedagógicas en los barrios para prevenir que más menores sean engañados. Estas iniciativas incluyen talleres, conversatorios y visitas casa a casa.
Habitantes de Ciudad Córdoba y Llano Verde manifestaron sentirse inseguros y abandonados. “Aquí no hay oportunidades para los niños. Por eso caen fácilmente. Se necesita inversión urgente en educación, deporte y cultura”, afirmó un habitante afectado que pidió reserva de identidad.
El caso de Cali ha generado reacciones a nivel nacional. Diversas ONGs y plataformas de derechos humanos han instado al Gobierno a atender con urgencia la situación y reforzar las medidas de protección infantil en zonas urbanas vulnerables.
Expertos insisten en que una de las medidas más efectivas para frenar el reclutamiento es el fortalecimiento del sistema educativo, con enfoque en zonas de riesgo, junto a la recuperación de espacios públicos seguros para la niñez.
La vulnerabilidad de los menores en contextos urbanos está creciendo ante la crisis económica, el desempleo y la descomposición social. Este escenario facilita la entrada de actores ilegales que ofrecen “salidas rápidas” a jóvenes sin oportunidades reales.
Desde el Concejo de Cali y la Personería se ha solicitado la creación de una mesa interinstitucional urgente, que permita articular acciones entre la fuerza pública, las entidades de infancia, la Alcaldía y las organizaciones comunitarias.
El Ministerio Público anunció que hará seguimiento constante a la situación en Cali, y pidió a la ciudadanía no normalizar este tipo de delitos. “Cada niño que se pierde para la guerra, es una derrota de toda la sociedad”, concluyó el personero Mendoza.




