En medio de un clima político cada vez más tenso en el Cauca, las declaraciones de la diputada Gabriela Muñoz, del Pacto Histórico, encendieron la polémica. La asambleísta calificó recientemente a los medios de comunicación del departamento como “amarillistas y desinformadores”, generando un rechazo inmediato por parte del gremio periodístico y de la opinión pública.
Desde diferentes medios locales se alzó una voz colectiva para rechazar lo que consideran un intento de deslegitimar el trabajo periodístico, especialmente en un contexto donde los escándalos de corrupción, las irregularidades administrativas y los abusos de poder se han hecho visibles gracias a la prensa independiente.
Los comunicadores enfatizaron que su papel es informar, investigar y visibilizar los hechos de interés público, no servir a intereses políticos ni guardar silencio frente a las problemáticas que afectan a la ciudadanía. “Si hoy se conocen casos de corrupción o mala gestión en el Cauca, es porque los periodistas lo hemos denunciado, no porque los diputados hayan hecho control político”, señalaron en respuesta.

Medios informativos frente al poder
El debate va más allá de un cruce de declaraciones: toca el corazón mismo de la democracia. En un territorio donde la desinformación y la violencia política han sido constantes, la prensa cumple un rol vital como vigilante del poder público y defensora del derecho ciudadano a estar informado.
Los medios recordaron que cuestionar y fiscalizar no equivale a desinformar, sino a ejercer con responsabilidad el deber periodístico. “El periodismo responsable no se calla, no se alinea con intereses partidistas y no teme señalar lo que está mal”, afirmaron en un comunicado.
La crítica como esencia democrática
El pronunciamiento de los periodistas también fue una invitación directa a la diputada Muñoz y a otros funcionarios públicos a reflexionar sobre la importancia de la libertad de prensa. “Descalificar a los medios es una forma de evadir responsabilidades y de intentar silenciar la crítica”, subrayaron.
La controversia ha dejado en evidencia la tensión existente entre el poder político y la prensa en el Cauca, un departamento donde los medios independientes siguen enfrentando presiones, estigmatización y limitaciones para ejercer su labor.




