Subida sin freno: el café en EE.UU. no tiene cuándo relajarse

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

Estados Unidos podría estar librando una batalla cuesta arriba en su habitual ritual matutino: el precio del café vuelve a levantarse con fuerza y los analistas coinciden en que un descenso significativo no está en el horizonte inmediato. En particular, a pesar de que algunos indicadores apuntan a ligeros atisbos de alivio, el panorama general sugiere que el coste del grano para el mercado estadounidense difícilmente registrará una baja apreciable en los próximos meses.

Factores de subida: oferta, clima y aranceles

En primer lugar, la producción de los dos tipos más negociados de café —Café Arábica y Café Robusta— enfrenta serios retos. En Brasil, mayor productor mundial, las condiciones meteorológicas se han vuelto particularmente adversas: sequías prolongadas, olas de calor y fenómenos ligados al clima como el La Niña han comprometido rendimientos y retrasado cosechas.

A esto se suma el hecho de que los costes de producción —fertilizantes, mano de obra, transporte, empaques— están elevados. Un informe de la cadena del café explica que “cada contrato de compra de café verde debe considerarse más críticamente que nunca” por los costos altos y la volatilidad creciente.

Un tercer factor decisivo: los aranceles y barreras comerciales que afectan la importación de café a EE.UU. Por ejemplo, un análisis señala que los inventarios monitoreados para Arábica se redujeron a un mínimo de ~1,75 años en bolsas de 60 kg, en parte debido a compras bloqueadas de Brasil motivadas por aranceles del ~50 %. Así pues, aún cuando los compradores estadounidenses intenten relajarse, la escasez de suministro y los elevados costes de entrada pesarán.

¿Y bien, podría bajar el precio? Las razones por las que parece improbable

Aunque algunos fieros pronósticos sugerían una caída de los precios de Arábica de hasta un 30 % hacia finales de 2025, esos cálculos han quedado desafiados por la persistencia de los desequilibrios entre oferta y demanda.
Por un lado, la mejora esperada en la producción brasileña se ve amenazada por el clima errático. Por otro lado, aunque se proyecta un aumento en la producción de Robusta por parte de Vietnam (+7,9 % para 2025/26 según la FAS) —lo que podría ejercer algo de presión bajista—, ese tipo no siempre compensa el de Arábica, más valorado en EE.UU.

Además, los aranceles de importación, el encarecimiento del dólar frente a monedas de países productores, y los costos logísticos globales pesan más de lo habitual en este ciclo. Incluso cuando se anuncian medidas para aliviar gravámenes (por ejemplo, negociaciones con países latinoamericanos), los expertos advierten que las bajas significativas de precio no deben esperarse en el cortísimo plazo, ya que la base de coste sigue firme.

¿Qué significa para los consumidores y la industria en EE.UU.?

Para las cadenas de cafeterías, los grandes tostadores y los pequeños negocios de café, esto se traduce en menos margen para absorber aumentos y una mayor probabilidad de que los incrementos de coste se trasladen al consumidor. Como señala la prensa, el precio por libra de café molido en EE.UU. alcanzó niveles alrededor de US $9,14 en septiembre 2025, lo que implica una subida del 41 % respecto al mismo mes del año anterior.
Para el consumidor, implica que el “precio del café” —ya sea al por mayor para cafeterías o al detalle en bolsas para uso doméstico— no sólo subió, sino que es probable que permanezca alto. Esto podría significar menos margen para ofertas, menos reducciones de precio y una mayor presión sobre los rostros de esta cadena: el barista, el tostador, el importador y finalmente el comprador del grano.

Conclusión

La frase “Lo siento, Estados Unidos. Pero es probable que el precio del café no baje” resume bien el panorama: aunque no se descarta alguna corrección menor en ciertos segmentos o regiones, las condiciones estructurales —clima, costos, aranceles, suministro ajustado— manifiestan que un descenso sustancial del precio del café no está en el horizonte inmediato. Tanto la industria como los consumidores deben adaptarse a un entorno en el que los precios se mantienen elevados y la volatilidad se incorpora como “nueva normalidad”.


Compartir en