Prácticas cuestionables disfrazadas de cercanía territorial

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

Camilo Durán, precandidato a la Cámara de Representantes por el Partido Verde, ha comenzado su recorrido político por el departamento del Huila en una movida que muchos califican como una campaña anticipada sin mayores filtros. Acompañado por el diputado departamental Virgilio Huergo, quien actúa como su principal escudero político, Durán ha estado recorriendo municipios del sur y centro del departamento en reuniones cerradas con actores tradicionales del poder local. Lo que en apariencia es una estrategia de escucha comunitaria, se perfila como un engranaje electoral que ya empezó a moverse con intensidad, sin claridad sobre los límites entre lo institucional y lo electoral.

La vieja política, con nuevo color


Aunque el Partido Verde suele enarbolar banderas de renovación, transparencia y cambio político, el estilo adoptado por Durán refleja fórmulas conocidas: presencia en plazas públicas, “cafecitos políticos” con dirigentes cuestionados, reuniones privadas sin rendición de cuentas y una narrativa ambigua. La supuesta construcción de alianzas estratégicas parece tener más que ver con la reactivación de viejas maquinarias que con una apuesta por nuevos liderazgos. En este contexto, la figura de Huergo resulta fundamental, no tanto por su visión progresista, sino por su capacidad de movilizar estructuras tradicionales de poder.


Durán insiste en que su propósito es recoger inquietudes y propuestas desde las bases, pero lo cierto es que muchos de sus encuentros parecen estar más orientados a asegurar respaldos políticos tempranos que a la formulación de un programa serio.


Compartir en