
El líder de las Naciones Unidas (ONU) expresó su gratitud a los «cascos azules» por su trabajo en Líbano y pidió una tregua y el fin de los ataques contra su personal.
Este jueves, el secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su gratitud al personal de la Fuerza Interina de las Naciones Unidas para Líbano (FINUL), pero también advirtió que atacar a estas tropas puede ser considerado un crimen de guerra.
En su discurso, dirigido específicamente a los conocidos como cascos azules, Guterres expresó su «admiración y gratitud» por su labor y afirmó estar «orgulloso» de su desempeño.
A pesar de los peligros que enfrentan al estar en medio de una situación de conflicto bélico, Guterres insistió en que la FINUL sigue manteniendo sus posturas y enfatizó que «todos los días, ustedes mantienen en pie la bandera azul (de la ONU) y garantizan la importancia del derecho internacional». No obstante, aseguró que la seguridad de los miembros de la ONU es su principal prioridad y que todas las partes deben garantizarla, incluyendo el respeto por la inviolabilidad de sus instalaciones.
A pesar de que Guterres no ha mencionado a Israel, el Ejército ha sido el responsable de disparar contra torres de observación en bases de la FINUL en dos ocasiones y entrar con dos tanques Merkava en otra base. Es completamente inaceptable que se lleven a cabo ataques contra el personal de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. El funcionario advirtió que violan el derecho internacional y el derecho internacional humanitario y pueden constituir un crimen de guerra.
El secretario general exigió una tregua y la implementación de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad, que fue aprobada en 2006, pero que desde entonces no ha sido cumplida ni por Israel, ni por el Gobierno libanés ni por la milicia chií de Hezbolá.



