A finales de noviembre fue identificada en Sudáfrica una nueva variante de la COVID-19. Ómicron ya está presente en 40 países, incluidos Brasil, México y Argentina. La Organización Mundial de Salud – OMS, ha catalogado esta reciente mutación como una “variante de preocupación”, clasificación que corresponde a una sepa con alta transmisibilidad.
Además de esto, Ómicron presenta características en su membrana diferentes a las de Delta y otros linajes del virus que han brotado.
“Se ha generado una gran inquietud en vista de que todavía no es claro si las vacunas que se están aplicando en el mundo protegen el organismo al 100 % frente a esta nueva variante” comenta el Dr. Elkin Sánchez Montenegro, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de La Salle, quien subraya que:
“Hasta la fecha las dosis aplicadas han tenido un buen funcionamiento frente a otras sepas; sin embargo, la característica que tiene ómicron en el recubrimiento de su membrana ha alertado a los científicos frente a la posibilidad de que las vacunas actuales sean realmente efectivas, teniendo en cuenta que, fueron creadas para la protección de las mutaciones que estaban vigentes en el momento que se fabricaron”.
Frente a esta problemática ya se están adelantando estudios rápidos para determinar qué tan eficaces son las vacunas contra este nuevo linaje. “La carrera en contra del coronavirus hizo que los estudios científicos se realizaran en tiempos más cortos. Actualmente, se están llevando a cabo ensayos clínicos, que a diferencia de los que se efectuaban antes, estos se realizarán solo en dos semanas”, comenta el decano lasallista.
Con respecto a los síntomas, no se ha identificado muchas diferencias frente a las otras mutaciones: se puede presentar, fatiga, dolor de garganta y debilidad general. En la mayoría de casos de contagio, principalmente en África, se ha reconocido que la pérdida de olfato y dolor de garganta no ha sido muy común.
“La sintomatología no es un determinante para saber si se tiene una u otra variante, excepto si se presentan síntomas muy fuertes estando vacunado con las dos dosis reglamentarias. Esto quiere decir que, si una persona que esté inmunizada comienza a tener malestares resistentes por varios días, es muy probable que sea portador de la variante Ómicron u otra desconocida que haya mutado”, agrega Sánchez.
Hay otro aspecto que se suma a esta preocupación: si se llega a comprobar la resistencia de este nuevo linaje a las vacunas que están en circulación, estaríamos frente de un fenómeno denominando “postpandemia activa”, es decir, se podría presentar un recrudecimiento de los síntomas, lo que llevaría a volver a tomar acciones como el confinamiento que generó un gran número de consecuencias sociales y económicas en el mundo.
“Aunque en la actualidad estamos más preparados para enfrentar una nueva mutación, esto sí podría significar un retroceso en el camino que ya tenemos ganado frente al coronavirus”, explica el decano de la Facultad de Ciencias de la Salud.
Antes que entrar en pánico, el experto lasallista invita a prestarle mucha atención a los linajes de la COVID-19 que pueden brotar. “La recomendación es que las personas se sigan vacunando de forma masiva; el hecho de tener un biológico en el organismo que genere inmunidad en cierta manera, puede aportar a que esta variante no se propague tan rápido”, comenta el Dr. Sánchez.
Finalmente, exhorta a “tener en cuenta que, en esta época de festividades se pueden presentar aglomeraciones, viajes y flexibilización en los protocolos de bioseguridad. No olvidemos que seguimos en pandemia y variantes como las que se están manifestando es un llamado para continuar cuidándonos. Recuerde que este es el comportamiento normal de un virus: resistir, cambiar y volver a surgir”.




