Empecemos por el principio ¿qué son los manglares? Los bosques de mangle son biomas propios de latitudes tropicales y subtropicales, formados por varias especies de árboles eurihalinos, es decir, seres muy tolerantes a las sales existentes en la zona intermareal cercana a la desembocadura de cursos de agua dulce. Están presentes en más de cien países, sin embargo, solo cubren aproximadamente un 0,1% de la superficie planetaria.
Pese a su escasa extensión, los manglares podrían salvar el planeta ¿pero, por qué? La verdad es que no hay una sola respuesta:
- Ningún otro bioma es capaz de secuestrar tanto carbón atmosférico como los manglares (ni tan solo el Amazonas). Así que realmente se los podría considerar los pulmones del planeta, limitando así los efectos adversos del cambio climático.
- Su increíble red de raíces submarinas actúa como un filtro de sedimentos, contribuyendo a que el agua que los rodea tenga una calidad excelente. Evitando así eventos de blanqueamiento en los arrecifes de coral cercanos.
- La biodiversidad en estos ambientes es única, pudiendo albergar al menos unas 60 especies endémicas, es decir, que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta. Aparte de las endémicas, muchas especies dependen de ellos para completar su ciclo vital, como los juveniles de tiburón limón.
- Por último, también son una buena fuente de ingresos para las comunidades locales humanas que viven cerca de ellos. Además de proteger sus costas de inundaciones y fuertes tormentas marinas (tanto a las personas, como a los animales que en ellos habitan).
Por desgracia los manglares son de los ecosistemas más amenazados del mundo, y están desapareciendo a un ritmo acelerado debido a los derrames de petróleo y su deforestación para la construcción de campos de cultivo de arroz, palma aceitera y caucho; además de la urbanización con viviendas humanas en estas zonas.

