Por qué América Latina renunció al poder nuclear

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

Durante buena parte del siglo XX, el mundo vivió bajo la sombra del temor nuclear. La Guerra Fría y la creciente tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética alimentaron el miedo a una confrontación atómica, al tiempo que aumentaba la inquietud por la posible proliferación de armas nucleares en otras regiones del planeta.

Sin embargo, América Latina tomó un camino distinto. En lugar de sumarse a la carrera armamentista, los países de la región apostaron por la desnuclearización. Una de las claves fue la iniciativa del presidente estadounidense Dwight Eisenhower, “Átomos para la paz”, que en 1953 ofrecía cooperación nuclear con fines pacíficos a cambio de renunciar al desarrollo de armas atómicas.

Este enfoque fue consolidado en 1967 con el Tratado de Tlatelolco, que convirtió a América Latina y el Caribe en la primera zona densamente poblada del mundo en declararse libre de armas nucleares. Desde entonces, los países latinoamericanos han mantenido su compromiso con el uso pacífico de la energía atómica, alejándose del poder destructivo de la bomba.


Compartir en

Te Puede Interesar