En la tarde del 6 de enero se registró una balacera al interior de una barbería en Santander de Quilichao, Cauca, que terminó cobrando la vida de un policía.
El homicidio ocurrió pasado el mediodía, cuando un hombre que se movilizaba en una motocicleta ingresó al salón de belleza ubicado en la carrera 16 con calle 10 del barrio Dorados II, se dirigió hasta donde se encontraba el patrullero Jhony Castillo, y logró dispararle con pericia.
El uniformado, quien era miembro activo de la Policía Nacional, se encontraba en su día de descanso y estaba vestido de civil cuando ocurrieron los hechos. Según una fuente vinculada a la investigación del caso, el occiso trabajaba con la Dirección de Carabineros y Protección Ambiental, (Dicar), del eje cafetero y recibió al menos seis impactos de bala.
Diego Aguilar, secretario de Gobierno del Cauca, expresó a W Radio su enérgico rechazo al crimen e instó a las autoridades competentes a emprender la búsqueda de los delincuentes.
La Policía dijo a los medios que tratará de establecer si el homicidio fue un acto de sicariato o un ajuste de cuentas, al tiempo que rodeó la escena del crimen para preservar cualquier evidencia hasta la llegada del gabinete criminalístico del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía.
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Uniformado muere tras hostigamiento a estación policial
Otro reciente atentado contra agentes de la fuerza pública ocurrió el 30 de diciembre de 2022 en el municipio de Toribio, Cauca, donde una estación de policía sufrió hostigamientos al parecer perpetrados por disidentes de la extinta guerrilla de las FARC.
La acción criminal dejó sin vida al patrullero Víctor Javier Palechor, quien murió desangrado tras ser alcanzado en ambas piernas y brazos por esquirlas de un artefacto explosivo improvisado.
Según la revista Semana, el patrullero Palechor Velasco recibió los primeros auxilios por parte del personal de la estación y del médico del centro asistencial del municipio del Cauca, pero no fue posible trasladarlo por tierra a un complejo asistencia mayor debido a la falta de garantías de seguridad en la zona.
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La situación, en ese momento, generó el rechazo de otros funcionarios, quienes aseguraron que a Víctor Javier lo dejaron morir desangrado. El referido medio de comunicación publicó parte de sus declaraciones: «Mataron a mi compañero…. Estuvimos esperando 3 horas y el helicóptero no llegaba, nadie vino a auxiliarlo, estaba vivo, hablaba y se desangró».
El Colombiano también informó que este último ataque no fue el único que tuvo lugar ese día. En horas de la noche explotó una granada de fragmentación en la localidad de Miranda, que afortunadamente no dejó víctimas mortales.
Asimismo, en la mañana del jueves 29 de diciembre, individuos armados hostigaron con disparos de fusil la subestación de policía de Timba, en el municipio de Buenos Aires. Luego, en la tarde, una motocicleta cargada de explosivos fue detonada cerca de la subestación de policía de El Carmelo, en el municipio de Cajibío.
Además, el mismo día, una patrulla del Ejército Nacional fue emboscada en el municipio de Buenos Aires. Diego Aguilar, secretario de Gobierno del Cauca, informó que la acción terrorista dejó tres personas heridas, entre ellas un menor de edad. «Estamos en alerta máxima y hemos impartido instrucciones para que las unidades policiales implementen estrategias operativas para evitar nuevos actos reprochables que afecten la integridad de los policías y de la población civil», dijo la Policía en su momento.
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