El Giro de Italia cierra su segunda semana este domingo con su etapa reina, una jornada de 222 kilómetros entre Manebra del Garda y Livigno, cerrando con el ascenso al Mottolino. La fracción promete cambios y lucha en la parte alta de la clasificación general.
Este Giro de Italia va a terminar con diferencias estratosféricas en la clasificación general. Como si de ciclismo de otra época se tratara, Tadej Pogacar consumó una exhibición extraordinaria en la decimocuarta etapa con la ascensión final a Livigno y dejó vista para sentencia la carrera.
El esloveno atacó en la ascensión al Passo di Foscagno, cuando restaban cuatro kilómetros para llegar a la cima, y se marchó desencadenado en busca de la fuga que por entonces contaba con más de tres minutos de adelanto. En ella estaba Nairo Quintana, el último superviviente que llegó a soñar con el triunfo para reencontrarse con sus mejores sensaciones, pero el nivel de Pogacar es de otro planeta.
Voló el ciclista del UAE Team y con la nieve como testigo de excepción terminó levantando los brazos en la cima de Livigno. Una demostración de cualidades sobrenatural para un ciclista que va a sumar su primer Giro de Italia a su palmarés dentro de una semana si no hay ningún imprevisto.
