Según Astrid Pava, dos grupos se disputan el control del resguardo indígena Nanurco.
Una grave crisis estalló en el resguardo indígena Nanurco, en zona rural de Natagaima, tras un cambio de autoridades ancestrales que no ha sido aceptado por todos los miembros de la comunidad. Según múltiples denuncias, desde el pasado 2 de agosto se vienen registrando hechos alarmantes como presunto sabotaje, vandalismo, e incluso envenenamiento de animales.
Líderes de la nueva administración aseguran que personas afines al antiguo gobernador indígena habrían protagonizado actos deliberados de desestabilización. Se reportó la muerte sospechosa de varias gallinas, presuntamente envenenadas, además de robo de leche, ingreso irregular a los corrales y hasta destrucción de portones. También se ha señalado la utilización fraudulenta del escudo y nombre del resguardo en redes sociales, aparentemente para desprestigiar a los actuales representantes.
Ante este escenario, los nuevos líderes solicitaron la intervención inmediata de organismos como la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y entes de derechos humanos, advirtiendo que la situación puede salirse de control si no se toman medidas urgentes.
División
La alcaldesa de Natagaima, Astrid Pava, confirmó lo que la comunidad teme: el resguardo indígena Nanurco se encuentra dividido. Según explicó, en diciembre de 2024 la Alcaldía recibió dos actas distintas provenientes del mismo cabildo, cada una con una junta diferente. Esto impidió que se pudiera reconocer legalmente a una sola autoridad ancestral.
Pava advirtió que la autonomía de los pueblos indígenas limita las acciones del Gobierno local, pero aseguró que su administración ya trabaja junto a la Fiscalía, la Personería, la Secretaría de Gobierno y las autoridades tradicionales para encontrar soluciones. La mandataria afirmó que se están tomando medidas para promover el diálogo y evitar que esto termine en una confrontación mayor.
Finalmente, Pava lamentó que las diferencias políticas y personales esten escalando hasta llegar a sabotajes, conflictos por tierras y manipulación de símbolos tradicionales. Llamó a la unidad, al respeto por las decisiones colectivas y a no permitir que el resguardo se convierta en escenario de violencia. “Es un momento para superar las asperezas y recuperar la armonía en el resguardo”, concluyó Pava con tono firme.




