Revelan que atentado contra Miguel Uribe Turbay incluía a un segundo sicario menor de edad como plan B

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Bogotá, 13 de septiembre de 2025. Nuevas evidencias recabadas por la Fiscalía General de la Nación y la Dijín de la Policía apuntan a que el atentado que sufrió el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay el pasado 7 de junio fue diseñado con mínimas fallas posibles: existía un “plan B”, consistente en que otro sicario menor de edad estuviera listo para actuar en caso de que el ataque inicial fallara.

Detalles del “plan B”

  • Según la investigación, Harold Daniel Barragán Ovalle, alias El Costeño o Chipi, contactó a varios menores en marzo de 2025, con antecedentes en microtráfico, consumidores habituales de drogas, para reclutarlos en la ejecución del atentado.
  • Estos adolescentes eran conocidos en zonas de Engativá (uno de los barrios mencionados es El Muelle) y en el entorno del microtráfico, lo que habría facilitado su localización y reclutamiento.
  • Se afirma que uno de estos menores, de aproximadamente 14 años, fue instruido y tenía el arma lista, con órdenes de disparar al senador si el primer sicario no lograba hacerlo.
  • El plan contemplaba que este segundo menor interviniera como respaldo para asegurar el resultado del atentado: para que no quedara margen de error en la operación criminal.

Cronología relevante

FechaEvento clave
Marzo 2025Barragán Ovalle habría comenzado a contactar menores para ofrecerles “un negocio rentable” que incluía participar en el atentado.
7 de junio de 2025Se ejecuta el atentado en el barrio Modelia, Bogotá. El sicario menor de edad disparó contra Uribe Turbay en un mitin político.
Julio / Agosto 2025Captura de varios implicados, recolección de evidencias, avance en la imputación de cargos. Se sanciona al menor autor material con siete años de privación de libertad en centro especializado.
Septiembre 2025Se da a conocer públicamente la existencia del “plan B” a través de medios como Semana, El País y otros.

Repercusiones legales y sociales

  • La implicación de menores de edad en delitos tan graves como un magnicidio político genera un amplio debate sobre la responsabilidad penal de los adolescentes, la eficacia de los programas de prevención, y la cadena de mando y logística detrás del crimen.
  • Se han imputado cargos como tentativa de homicidio agravado, porte ilegal de armas, uso de menores para delinquir, entre otros, tanto para menores como para los adultos que facilitaron o coordinaron la acción.
  • Las investigaciones buscan ahora identificar todos los autores intelectuales y coordinadores del atentado, así como sancionar a quienes reclutaron a los menores y planearon el respaldo (plan B).

Lo que aún está por esclarecer

  • Si el menor que fue preparado como “plan B” llegó a estar físicamente presente en el sitio del atentado, o si su papel quedó como reserva pasiva.
  • Cuál fue el mecanismo exacto de comunicación entre Barragán Ovalle, alias El Costeño, y los menores — si fue directo o a través de intermediarios.
  • Si hay más menores involucrados y no identificados.
  • Cómo esa logística refleja fallas —o no— en los esquemas de inteligencia y protección del precandidato Uribe Turbay.

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