Durante una sesión de control político en el Concejo de Ibagué, la concejal Silvia Ortiz solicitó evaluar la permanencia de Érika Palma como gerente de la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado, Ibal. Según la cabildante, la actual dirección presenta falencias tanto en lo administrativo como en el trato institucional.
Ortiz argumentó que, aunque Palma cuenta con un perfil técnico, se requiere un liderazgo “más humano, cercano a la gente y con disposición para construir relaciones con la junta directiva y la ciudadanía”. Cuestionó que la empresa haya sido sancionada por no atender requerimientos oficiales y denunció un trato despectivo hacia los concejales.
Denuncia desatención
“La continuidad de la gerente del Ibal debe evaluarse (…) Nosotros no estamos acá para decir mentiras, sino para cumplir con nuestro deber. No permitiremos que se nos intente callar cuando lo que hacemos es buscar respuestas para la ciudadanía”, afirmó Ortiz. La concejal hizo un llamado a que se prioricen perfiles con sensibilidad social, vocación de servicio y respeto institucional.
¿Pasará algo?
Con esta intervención, crece la presión política sobre la gestión de Palma, mientras se aguarda si la administración municipal tomará alguna decisión frente a su continuidad. El debate dejó en evidencia una creciente tensión entre el Concejo y la empresa de servicios públicos.




