PIDEN SER ESCUCHADOS

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Habitantes exigieron a Juan Rondón respaldo tras el polémico horno crematorio.

La tensión se vivió en Honda, Tolima, tras la protesta realizada por los habitantes de la vereda Perico y sectores aledaños como El Mesuno y Balcones del Río, quienes, con féretros en mano, salieron a la vía principal para expresar su rechazo al proyecto de construcción de un horno crematorio en zona rural. Desde las 6:00 de la mañana de ese martes, los pobladores levantaron pancartas y cargaron ataúdes, simbolizando la amenaza que, según ellos, representaba la obra para la vida y el territorio.

Los manifestantes aseguraron que la iniciativa podría traer graves consecuencias al ecosistema local, pues comprometería fuentes hídricas, zonas verdes y pondría en riesgo un importante patrimonio arqueológico de la región, donde ya se habían identificado petroglifos de gran valor histórico. Ese mismo día, una comisión del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) llegó desde Bogotá para inspeccionar la zona y verificar el estado de estas piezas ancestrales, lo que reforzó el argumento comunitario sobre la necesidad de preservar el territorio.

La manifestación se desarrolló de manera pacífica y contó con la presencia del concejal Saúl Celemín, quien respaldó públicamente a la comunidad en su lucha. Durante la jornada, varios líderes sociales hicieron un llamado urgente a las autoridades ambientales para que no ignoraran los reclamos ciudadanos. “Este es un tema de vida, de respeto por la historia y por el medioambiente. No queremos que destruyan nuestro territorio”, expresó uno de los participantes.

En medio de la protesta, la comunidad envió un mensaje directo a Juan Enrique Rondón García, insistiendo en que escuchara las voces del pueblo, según ellos, dicho proyecto significa una amenaza para el entorno y la cultura. El alcalde de Honda también acudió al lugar y aclaró que la licencia ambiental para el proyecto aún no había sido emitida por Cortolima, autoridad encargada de tomar la decisión final.

Como parte de la resistencia, se anunció que el 25 de septiembre se llevaría a cabo una reunión con finqueros, abogados y representantes de la administración municipal para definir estrategias y evaluar las acciones legales que podrían frenar la iniciativa. La comunidad sostuvo que no permitiría que intereses privados pasaran por encima de su patrimonio cultural y natural.

La controversia por el horno crematorio quedó lejos de resolverse y, mientras tanto, los habitantes de la zona reiteraron que su voz debía ser escuchada. Entre ataúdes simbólicos y consignas de rechazo, la comunidad rural de Honda dejó claro que no daría marcha atrás en la defensa del territorio.


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