En el tercer trimestre de 2025, la economía colombiana sorprendió positivamente al crecer 3,6 %, el mejor desempeño registrado en tres años. Este resultado contradijo los pronósticos pesimistas de sectores de derecha que insistían en que el país estaba en crisis bajo el gobierno de Gustavo Petro. El Dane confirmó que este es el dato más alto desde 2022, cuando el crecimiento había sido del 7,5 %, lo que demuestra que la economía mantiene un impulso sólido.
La directora del Dane, Piedad Urdinola, explicó que el crecimiento se sustentó principalmente en la expansión del gasto público y en sectores como la educación, la salud y la administración pública, que registraron un notable aumento del 8 %, aportando 1,3 puntos completos al PIB. El refuerzo del pie de fuerza, las primas de seguridad pública y las actividades logísticas de la Registraduría para las próximas elecciones de 2026 también contribuyeron de manera importante al dinamismo económico.
En paralelo, el comercio presentó un crecimiento de 5,6 %, impulsado por el consumo de los hogares, las ventas minoristas y el aumento en la importación de vehículos —incluidos los eléctricos e híbridos—, además del auge en dispositivos electrónicos. Por su parte, la industria manufacturera creció 4,1 %, con subsectores como la trilla de café (42 %) y la producción de alimentos para animales (13 %) en fuerte ascenso por la temporada de fin de año.
Incluso los gremios empresariales y entidades financieras, a menudo críticos del Gobierno, tuvieron que aceptar la solidez de los resultados. Bruce Mac Master, de la Andi, reconoció que se trata de un dato positivo, mientras que el Banco de Bogotá afirmó que, sin el aporte del gasto público, el crecimiento habría sido apenas del 1,8 %; es decir, la mitad de lo alcanzado.
El presidente Gustavo Petro celebró estos datos, destacando que la economía real —agricultura e industria— es la que está jalonando el empleo, a pesar de las altas tasas de interés del Banco de la República. Petro señaló que los sectores extractivos, como el petróleo y el carbón, siguen en caída, lo que explica parte del rezago en minas y canteras, uno de los pocos rubros en rojo junto con la construcción.
El Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) reforzó esta tendencia positiva al mostrar un crecimiento del 4 % en septiembre, con casi todas las actividades económicas al alza. A pesar del freno en el sector minero, el crecimiento acumulado del año alcanza ya el 2,8 %, en medio de un contexto donde los críticos del Gobierno habían augurado un supuesto desastre económico.
Los resultados muestran un país con demanda interna creciente, mayor consumo de los hogares (4,2 %), un incremento en la inversión bruta (2,2 %) y un buen comportamiento de sectores como entretenimiento y servicios financieros. Además, la estabilidad del peso y la inflación controlada apuntan a una economía más robusta de lo que los opositores quieren admitir.
En conclusión, la economía colombiana continúa avanzando gracias a decisiones de política pública y al fortalecimiento del Estado como motor productivo. Lejos de la narrativa del colapso, el crecimiento del 3,6 % demuestra que Colombia no está en crisis, sino en una senda de recuperación y expansión sostenida.



