El excanciller Álvaro Leyva rompió su silencio en una entrevista exclusiva con la revista Semana, en la que respondió a las acusaciones surgidas tras la filtración de audios en los que se le escucha hablar sobre un supuesto plan para sacar del poder al presidente Gustavo Petro.
Leyva calificó esas interpretaciones como “ridículas” y defendió que sus expresiones formaban parte de conversaciones privadas, en las que usó frases como “hay que sacar a ese tipo” como una expresión coloquial sin intención golpista. Aseguró que la libertad de expresión ampara sus palabras y que no existe evidencia legal que pueda sostener un proceso penal en su contra por esos audios.
Sin embargo, Leyva no ocultó su postura crítica hacia Petro, a quien acusa de querer perpetuarse en la Presidencia para evitar ser encarcelado. En sus declaraciones, afirmó que Petro quiere quedarse en el poder “porque es la única manera de que no lo metan a la cárcel”.
“Es que no es más sino ver lo que están haciendo. ¿Qué tal lo de la papeleta? Esa es una interferencia en las elecciones. Es que no se requiere ser muy brillante ni muy experto (…) El golpista puede ser él, no yo. No soy un golpista. Los pasos que se están dando van dirigidos a algo que no es explicable. Esa es parte de la preocupación que yo tengo. Quiero unas elecciones libres”, agregó.
Además, Leyva insistió en que el país está “desbaratado” y que es necesaria una salida política mediante un acuerdo nacional que garantice reglas claras para todos los actores políticos, proponiendo que la vicepresidenta Francia Márquez sea quien asuma la Presidencia en caso de salida de Petro.
Respecto a los audios donde menciona la participación de “actores armados y no armados” en un plan para sacar a Petro, Leyva aclaró que se refería a la necesidad de un cambio político y no a un golpe de Estado violento. Explicó que su aspiración es que el presidente renuncie “con normas constitucionales en la mano” y que la transición se realice dentro del marco legal. Rechazó categóricamente cualquier insinuación de conspiración armada o ilegalidad, y sostuvo que la filtración de los audios ha sido un mal uso político para desacreditarlo.
La entrevista también abordó las repercusiones políticas que ha tenido este escándalo. Leyva negó haber buscado apoyos internacionales para un complot, aunque reconoció contactos con figuras políticas en Estados Unidos, pero con fines diplomáticos y no conspirativos.




