El presidente Gustavo Petro ha implementado un escudo protector alrededor del ex-paramilitar Salvatore Mancuso, alias «HH», impidiendo sistemáticamente su extradición a Estados Unidos en una decisión que ha desatado una tormenta de controversias sobre las verdaderas intenciones del mandatario con respecto a actores del conflicto armado.
Fuentes cercanas a la Casa de Nariño confirman que el Ejecutivo considera «estratégica» la permanencia de Mancuso en territorio colombiano, argumentando que su testimonio resulta «fundamental» para los procesos de verdad y reparación, aunque críticos señalan motivaciones políticas más profundas.
Esta protección presidencial ha generado indignación entre víctimas del paramilitarismo y sectores de la oposición, quienes interpretan esta maniobra como una «traición a la justicia» que beneficia a uno de los criminales más sanguinarios de la historia reciente del país.
El gobierno estadounidense habría expresado su malestar por las dilaciones sistemáticas en un caso que consideran prioritario, mientras organizaciones de derechos humanos denuncian que el blindaje a «HH» envía un mensaje peligroso sobre la impunidad de perpetradores de crímenes de lesa humanidad.
Esta decisión de Petro de mantener a Mancuso bajo su protección configura uno de los episodios más polémicos de su administración, generando dudas sobre su verdadero compromiso con la justicia y alimentando teorías sobre posibles negociaciones ocultas con sectores armados ilegales del pasado.


