El presidente Gustavo Petro anunció recientemente un significativo reforzamiento militar en la frontera con Venezuela, especialmente en la estratégica región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander. Según el mandatario, hay 25.000 soldados desplegados en la zona como parte de esta política de seguridad.
Esta decisión se produce en un escenario marcado por crecientes tensiones regionales. Desde el lado venezolano, se desplegaron 15.000 efectivos en los estados fronterizos de Zulia y Táchira, como parte de una operación anunciada por Caracas. A su vez, Estados Unidos ha movilizado buques de guerra en el Caribe, en una operación considerada parte de la lucha contra el narcotráfico, lo cual fue percibido como una amenaza por ambos gobiernos.
En este contexto, el presidente Petro sostuvo que la clave para combatir a las mafias no radica en el control territorial aislado, sino en la “coordinación entre los dos estados”, en referencia a Colombia y Venezuela. Esta declaración cobra mayor relevancia dada la firma, en julio de 2025, de un memorando de entendimiento para establecer una zona económica binacional en dicha región fronteriza.
Interpretaciones y reacciones
- Analistas y opositores advierten que la medida podría representar una escalada innecesaria de militarización y temen un impacto negativo en términos de derechos humanos y seguridad civil.
- La oposición colombiana, especialmente líderes del Centro Democrático, ha criticado duramente la medida, acusando al gobierno de Petro de alinear su política con el régimen de Maduro y debilitar la soberanía nacional.
- En cambio, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, expresó su respaldo público, agradeciendo a Petro por el despliegue de soldados y resaltando su posición como muestra de cooperación regional.
Por qué es relevante
- Seguridad y crimen organizado: El Catatumbo es una zona crítica, con altos niveles de cultivos ilícitos y presencia de grupos armados como el ELN, las disidencias de las FARC y otros actores criminales.
- Geopolítica regional: La medida se enmarca en una coyuntura donde intervienen actores internacionales como EE.UU., así como tensiones con Venezuela y estrategias de integración bilateral.
- Impacto humanitario: Las operaciones militares pueden tener repercusiones en la población civil desplazada y en comunidades vulnerables, lo que exige monitoreo y garantías de protección.
- Política interna y estrategia del Gobierno: Representa un cambio en la postura de Petro hacia una respuesta más enfocada en la fuerza militar, combinada con un discurso de cooperación, y sujeto al escrutinio público y político.




