En medio de un acto público en el municipio de Caloto, norte del Cauca, el presidente Gustavo Petro lanzó un fuerte llamado a las comunidades campesinas e indígenas: dejar de arrendar sus tierras a los ingenios cañeros y avanzar hacia un modelo de producción agrícola autónoma.
“Es hora de que la tierra vuelva a producir para quien la trabaja. No más tierra arrendada para caña que no alimenta a nadie”, declaró el mandatario, haciendo énfasis en la necesidad de impulsar una reforma agraria efectiva y de fortalecer la soberanía alimentaria en el país.
El mensaje, dirigido especialmente a los pequeños propietarios que arriendan sus predios a las grandes empresas de caña de azúcar, reabre el debate sobre el uso del suelo en esta región del suroccidente colombiano, marcada por profundas desigualdades históricas y una alta concentración de la tierra.
Petro insistió en que el Estado debe acompañar a las comunidades con asistencia técnica, créditos y garantías para que puedan cultivar sus propias parcelas y generar economías locales sostenibles. “Tenemos que reemplazar el monocultivo por alimentos. Esa es la verdadera paz con justicia social”, afirmó.
El discurso generó reacciones diversas entre líderes sociales, agricultores y representantes del sector agroindustrial, quienes advierten que cualquier transición debe hacerse con medidas claras, sin poner en riesgo la economía regional.
Mientras tanto, en el norte del Cauca crece la expectativa por las acciones concretas que seguirán al llamado presidencial, en un territorio donde el acceso, el uso y la propiedad de la tierra siguen siendo temas sensibles y de alta conflictividad.




