El gobierno de Gustavo Petro ha emitido diez decretos en el contexto de la conmoción interior, una medida excepcional que otorga facultades extraordinarias al presidente para enfrentar situaciones de grave perturbación del orden público. Los decretos buscan abordar la escalada de violencia en varias regiones del país, donde la presencia de grupos armados ilegales y las protestas sociales han generado un clima de inestabilidad.
Entre las medidas adoptadas se incluyen el refuerzo de las fuerzas de seguridad en zonas conflictivas, la implementación de toques de queda parciales y la suspensión temporal de ciertos derechos en regiones específicas. Estos decretos pretenden restablecer el orden y evitar que los disturbios se extiendan aún más, mientras el gobierno intenta controlar la situación de manera efectiva.
La decisión de Petro de utilizar la figura de la conmoción interior ha generado controversia. Mientras que el gobierno justifica las medidas como necesarias para proteger la seguridad nacional, sectores de la oposición y organismos internacionales han expresado su preocupación sobre posibles abusos de poder y el impacto en los derechos humanos de los ciudadanos. El debate sobre la efectividad y los riesgos de esta estrategia continúa en auge, con diversas voces pidiendo una solución más equilibrada.
