“A mí nadie que sea negro me va a decir que hay que excluir”: Petro atacó a Francia Márquez por oponerse a nombramiento de Amaranta Hank

El presidente Gustavo Petro profundizó su distanciamiento con la vicepresidenta Francia Márquez, luego de afirmar: “A mí nadie que sea negro me va a decir que hay que excluir”, al defender el nombramiento de Amaranta Hank en el Ministerio de Igualdad. El choque revela rupturas graves en el Ejecutivo y reaviva el debate sobre inclusión, racismo y gobernabilidad en Colombia.
Gustavo Petro y Francia Márquez
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Durante el Consejo de Ministros celebrado la noche del martes 15 de julio, el presidente Gustavo Petro desató una nueva tormenta política al lanzar la frase: “A mí nadie que sea negro me va a decir que hay que excluir”, en clara referencia a su vicepresidenta, Francia Márquez. El comentario surge en medio de una polémica por el nombramiento de Amaranta Hank, periodista y exactriz de cine para adultos, en el Ministerio de Igualdad, decisión que Márquez cuestionó abiertamente.

Las diferencias entre Petro y Márquez han dejado de ser un secreto y ahora ocupan titulares en todo el país. Según fuentes del gabinete, la vicepresidenta habría amenazado con renunciar si se concretaba el ingreso de Hank y de Juan Carlos Florián al Ministerio de Igualdad, aduciendo contradicciones con la política de inclusión y el perfil de los elegidos. Petro, por su parte, argumentó que la verdadera igualdad exige no discriminar a nadie por su pasado profesional o su condición social, y consideró la oposición de Márquez como contradictoria dentro de un gobierno que presume de progresista.

El episodio ha profundizado las fisuras ya existentes en la relación entre los dos principales líderes del gobierno. Francia Márquez, reconocida por su lucha antirracista y su compromiso con las comunidades afrocolombianas, rechazó no solo el nombramiento de Hank, sino que también denunció sentirse marginada de las grandes decisiones de la administración, incluyendo la dirección del Ministerio de Igualdad, bandera de su campaña.

Las tensiones no son nuevas. Desde comienzos del gobierno en agosto de 2022, los desencuentros han sido recurrentes y públicos: discusiones televisadas, críticas cruzadas y reproches sobre la gestión y el reparto de poder dentro del Ejecutivo. En febrero pasado, Márquez fue relegada del Ministerio de Igualdad tras cuestionar algunos nombramientos, y recientemente se vio envuelta en la controversia por su supuesta —y negada— relación con un presunto plan para derrocar al presidente.

Los desencuentros entre Petro y Francia Márquez dieron inicio desde el primer año de gobierno, cuando hubo múltiples fricciones por el control del Ministerio de Igualdad y la designación de cargos clave; en mayo de 2024, Márquez denunció discriminación racial y patriarcal en el gabinete, recibiendo respuesta pública de Petro. El punto máximo de tensión llegó en junio de este año, cuando el nombre de la vicepresidente fue mencionado en un escándalo de audios que sugerían conspiración para dar un golpe de Estado, lo cual agravó la desconfianza presidencial.


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