El presidente Gustavo Petro lanzó fuertes declaraciones desde Barranquilla durante la inauguración de los cabildos populares, donde cuestionó directamente al presidente del Congreso, Efraín Cepeda, y al alcalde de la ciudad, Alejandro Char.
En un discurso que elevó la temperatura política nacional, el mandatario afirmó que su administración «no hay codicia», en lo que analistas interpretan como una indirecta acusación de corrupción hacia sus opositores políticos.
Petro planteó un escenario de confrontación constitucional al asegurar que «estamos definiendo de nuevo, 30 años después, si la Constitución del 91 rige o no», sugiriendo que sus adversarios desconocen o ignoran deliberadamente los principios fundamentales de la carta magna.
La mención directa a Cepeda, del Partido Conservador, y a Char, figura emblemática del poder regional en la costa atlántica, evidencia la profundización de las tensiones entre el Ejecutivo y sectores tradicionales de la política colombiana.
Estos cabildos populares, criticados por la oposición como mecanismos de presión política, se presentan como espacios de participación ciudadana para discutir la controvertida consulta popular propuesta por el gobierno, que podría reconfigurar el panorama institucional del país.
