El presidente Gustavo Petro defendió la operación militar en la que murieron varios menores de edad durante un bombardeo contra la estructura de Iván Mordisco, en medio de la creciente controversia nacional por el uso de este tipo de acciones.
El mandatario explicó que la decisión se tomó para proteger a los soldados, argumentando que existía un alto riesgo de emboscada por parte de las disidencias. Según Petro, las tropas se encontraban en una posición vulnerable y un ataque directo habría podido dejar numerosas bajas en la Fuerza Pública.
Sin embargo, el debate se intensificó debido a que, en años anteriores, Petro fue uno de los más duros críticos de los bombardeos en los que murieron menores, llegando a calificarlos como “infanticidio” y pidiendo el desmonte de estas tácticas. Esta aparente contradicción ha generado fuertes cuestionamientos desde distintos sectores políticos y sociales.
Organizaciones de derechos humanos pidieron esclarecer las circunstancias de la operación y exigieron que se evalúen protocolos más estrictos para evitar que menores reclutados por grupos armados ilegales continúen siendo víctimas del conflicto.
Hasta el momento, el Gobierno no ha revelado cuántos menores fallecieron ni detalles adicionales sobre la inteligencia previa a la operación, mientras continúa la presión para que el país conozca la versión completa de los hechos.




