Gustavo Petro responde críticas: “Decían que me quedaría como un dictador”

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Este jueves 20 de noviembre de 2025, durante la ceremonia militar para conmemorar los 94 años de la Casa Militar en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, dirigió un discurso marcado por fuertes referencias a las acusaciones sobre sus posibles intenciones de “reelegirse” y el temor de algunos sectores de que quisiera permanecer en el poder más allá de su mandato constitucional.

En ese acto, Petro afirmó con vehemencia que cuando llegó al poder, existía un discurso recurrente que lo presentaba como un aspirante a dictador:

“Ya vamos finalizando este Gobierno, cuando entré había un sector por ahí que decía que me iba a quedar aquí como un dictador… todos los días repetían lo mismo, y fíjense que no era cierto, como no son ciertas muchísimas cosas”.

Con esta declaración, el mandatario busca desmantelar una narrativa que ha circulado en redes y en parte del debate público: la de una posible reelección indefinida o de un afán autoritario. Sin embargo, varios analistas coinciden en que esas afirmaciones podrían ser más parte de la tensión política que de una propuesta concreta de reforma constitucional, dado que la Constitución Política colombiana no permite la reelección inmediata.

Paralelamente, Petro aprovechó su intervención para agradecer a los miembros de la Casa Militar —civiles, policías y militares de distintos rangos— por su labor de vigilancia y protección, admitiendo que, aunque a veces él mismo no se deja “cuidar tanto”, reconoce la importancia del trabajo que realizan.

En su reflexión, el presidente también abordó el tema de la paz y la construcción de una Colombia más unida. Dijo que “no hay otro camino que la paz” y se mostró aspiracional sobre el futuro: propuso una “Gran Colombia” libre, sin amenazas internas ni externas, y evocó imágenes poéticas al referirse a “flores”, “mariposas amarillas” y la belleza del país.

Por otro lado, el propio Petro ha reiterado en varias ocasiones que no está interesado en prolongar su mandato más allá de 2026. Según su cronograma constitucional, su gobierno debe terminar el 7 de agosto de 2026. Ha dicho en otras intervenciones que el poder puede convertirse en una “tortura” y que su salida de la Casa de Nariño será conforme a los términos establecidos por la Constitución.

Además, en entrevistas y declaraciones previas ha rechazado cualquier fórmula de reelección. Asegura que su administración no promueve ni apoya iniciativas para cambiar el sistema que le permitiría extender su mandato, desmintiendo versiones de que él estaría detrás de propuestas en su propio partido para quedarse en el poder.

Este episodio vuelve a poner en el centro del debate público colombiano las tensiones entre discurso mediático, miedo político y realidad institucional. Para muchos, las declaraciones de Petro desactivan un rumor peligroso sobre autoritarismo; para otros, el solo hecho de que tenga que desmentirlo con tanta vehemencia es síntoma del grado de polarización que atraviesa el país.


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