La decisión del presidente Gustavo Petro de no firmar los decretos de ascenso de más de 600 oficiales de la Policía Nacional desató un profundo malestar dentro de la institución. Entre los afectados hay capitanes, mayores y tenientes coroneles que completaron todos los requisitos y esperaban su promoción desde el 1 de junio. Sin embargo, siete semanas después, la firma no llega y crecen las tensiones en la cúpula policial. Petro congela ascensos de más de 600 policías y desata crisis en la cúpula.

Fuentes internas confirmaron que los documentos ya reposan en la Casa de Nariño, pero el mandatario no los ha revisado. La falta de ascensos ha paralizado la asignación de nuevos cargos y afecta la operatividad en comandos regionales. La Dirección de la Policía reconoce que la firma presidencial es el único trámite pendiente.
Golpe a la moral institucional: “La Policía se siente abandonada”
Oficiales que esperaban su ascenso hablan de incertidumbre, frustración y afectación económica. Muchos invirtieron tiempo, dinero y años de servicio para avanzar en sus carreras, pero ahora ven estancados sus esfuerzos. “La moral está devastada”, asegura un capitán. Incluso, algunos reportan que debieron endeudarse pensando en el aumento salarial que recibirían tras el ascenso.
El exviceministro de Defensa, Gustavo Niño, advierte que este bloqueo pone en riesgo la experiencia institucional y retrasa el funcionamiento de los mandos. La situación también tiene repercusiones en las familias de los uniformados. “Mi hijo me pregunta cuándo es el ascenso y no sé qué decirle”, relató un mayor.

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Desgaste institucional: el alto mando más reducido en 15 años
Según cifras oficiales, la Policía cuenta hoy con solo 18 generales y 138 coroneles, los niveles más bajos en más de una década. Desde la llegada de Petro al poder en 2022, se ha producido una purga que ha vaciado la cúpula y debilitado el mando estratégico. El 2024 fue el año con más oficiales retirados por “llamamiento a calificar servicios” en lo que va del siglo.
Expertos como Catalina Miranda, de la Fundación Ideas para la Paz, consideran que esta barrida ha provocado una pérdida irreparable de liderazgo. “Se han ido oficiales con 30 años de formación y experiencia. Es una tragedia institucional”, afirmó. La situación compromete la operatividad de una fuerza con más de 140.000 integrantes.
Con información de SEMANA.




