El presidente Gustavo Petro anunció este viernes, 8 de agosto de 2025, el inicio de diálogos en el extranjero con el Clan del Golfo, la mayor estructura narcotraficante de Colombia y uno de los principales desafíos de su gobierno.
Durante un evento en Córdoba, Petro reveló que las conversaciones se realizan con el autodenominado Ejército Gaitanista de Colombia, grupo ilegal de origen paramilitar que cuenta con más de 7.500 integrantes entre combatientes y redes de apoyo, y que lidera la producción mundial de cocaína.
El Clan del Golfo ha insistido en que se le reconozca como actor político, buscando un trato judicial similar al otorgado en el pasado a guerrillas y grupos paramilitares. Esta pretensión se da en paralelo a la propuesta presentada por el Gobierno ante el Congreso a finales de julio, que contempla beneficios como reducción de penas y no extradición a cambio del desarme.
Desde 2022, el Ejecutivo ha intentado sin éxito llegar a acuerdos de paz o sometimiento con distintas estructuras armadas. “Estamos intentando quitar las finanzas de quienes alimentan la violencia en muchas regiones del país”, afirmó Petro.
El contexto es crítico: Colombia registró en 2023 un récord de 253.000 hectáreas de cultivos ilícitos, según la ONU, mientras las Fuerzas Armadas mantienen operativos para debilitar al Clan del Golfo.
En el plano internacional, el país espera que en septiembre Estados Unidos decida si renueva la certificación como aliado en la lucha antidrogas. La pérdida de este estatus implicaría la suspensión de ayuda económica y logística para combatir a guerrillas y narcotraficantes.
El anuncio de Petro marca un nuevo capítulo en su política de “paz total”, aunque el éxito de las conversaciones dependerá de la voluntad del Clan y de la aceptación de su estrategia por parte de la opinión pública y el Congreso.



