La relación entre Colombia y Estados Unidos atraviesa uno de sus momentos más tensos. Después de nueve meses de choques verbales entre el presidente Donald Trump y su homólogo colombiano, Gustavo Petro, una nueva crisis amenaza con afectar gravemente la economía nacional.
El domingo por la noche, Trump anunció que impondría nuevos aranceles a las exportaciones colombianas, aunque la Casa Blanca aún no ha confirmado la medida. Ante el anuncio, el presidente Petro se reunió en la Casa de Nariño con el encargado de negocios estadounidense, John McNamara, en un intento por frenar la escalada diplomática y económica.
Durante el encuentro, Petro insistió en que Colombia ha cumplido con su compromiso en la lucha contra el narcotráfico y pidió el levantamiento de todos los aranceles a los productos agroindustriales nacionales. “Hemos sacrificado a nuestros jóvenes en una guerra contra algo inerte, la guerra contra las drogas, y no contra los verdaderos narcotraficantes”, afirmó el mandatario.
El presidente también reiteró su solicitud de apoyo financiero por parte de Estados Unidos para impulsar la reforma agraria, una de las principales apuestas sociales de su gobierno.
Mientras tanto, en Bogotá, la tensión crece. Los ministros de Relaciones Exteriores, Comercio, Agricultura y Defensa participaron durante el día en reuniones de emergencia para definir una estrategia conjunta. Se espera que el consejo de ministros de esta noche revele los resultados de las conversaciones con McNamara.
Estados Unidos es el principal socio comercial de Colombia: el 30 % de las exportaciones nacionales, el 50 % de las remesas y el 24 % del turismo provienen de ese país. En lo corrido de 2025, las exportaciones colombianas hacia EE. UU. han crecido un 4,9 %, alcanzando cerca de 9.900 millones de dólares.
La falta de un pronunciamiento oficial desde Washington mantiene la incertidumbre. Una decisión negativa podría tener consecuencias inmediatas en el comercio exterior y agravar la ya delicada situación económica del país.
