El Ejército israelí asesinó al menos a seis palestinos en distintos puntos de la Franja de Gaza, pese al cese al fuego pactado con Hamás. Las víctimas se encontraban en zonas cercanas a la denominada “línea amarilla”, establecida como límite para la retirada de las tropas israelíes, mientras intentaban regresar a sus hogares destruidos durante los meses de ofensiva militar.
De acuerdo con fuentes médicas locales, cuatro de los asesinatos se produjeron en el barrio de Shujaia, otro en Al Shaaf —ambos en la ciudad de Gaza— y uno más en la zona de Al Foujari, en Jan Yunis, al sur del enclave. Cinco de los cuerpos fueron trasladados al hospital Bautista Al Ahli, mientras que en el caso de Shujaia los cadáveres debieron ser evacuados por civiles, ya que las ambulancias no tenían autorización para ingresar en la zona más allá de la línea de seguridad.
Los ataques fueron atribuidos al uso de drones por parte del Ejército israelí. En Shujaia, las cuatro víctimas fueron alcanzadas mientras exploraban los alrededores de sus antiguas viviendas. En Al Shaaf, otra persona murió también por un ataque aéreo, aunque su cuerpo sí pudo ser trasladado en ambulancia. Finalmente, en Jan Yunis, personal del hospital Nasser confirmó la muerte de otro palestino en circunstancias similares.
El Ministerio de Sanidad de Gaza informó que todas las víctimas intentaban regresar a sus casas para verificar los daños después del desplazamiento forzado ocasionado por el genocidio israelí. Por su parte, la Defensa Civil palestina explicó que uno de los ataques en Shujaia ocurrió en la calle Sikkeh, cerca de la vía Salah al Din, una de las arterias principales que divide este barrio de Yabalia.
La situación se ve agravada por la falta de claridad en los mapas sobre los límites exactos de la “línea amarilla”, lo que genera confusión y expone a los civiles a ataques incluso en áreas que deberían estar desmilitarizadas bajo el acuerdo de alto el fuego.
En medio de este panorama, las muertes reavivan las denuncias internacionales sobre la continuidad de las agresiones israelíes contra la población palestina, incluso en momentos en los que se supone debería imperar la calma y el retorno seguro de los desplazados a sus hogares.



