La violencia contra médicos, enfermeras y trabajadores del sector salud en Colombia ha llegado a niveles alarmantes. Insultos, gritos, amenazas e incluso golpes se han convertido en parte del día a día dentro de los servicios de urgencias, lo que ha generado un llamado urgente a la empatía y al respeto hacia estos profesionales.
En el Hospital de Bosa, una enfermera relató cómo una paciente la agredió físicamente: “Una paciente tristemente me cogió a puños”. Situaciones similares se viven en otros centros médicos: en el Hospital San José, pacientes inconformes con el triaje han llegado a patear computadores, mientras que en La Cardio incluso se han reportado intimidaciones con armas de fuego.
Cifras preocupantes
Entre enero y junio de este año, La Cardio registró más de 350 casos de comportamientos disruptivos contra el personal de salud, la mayoría cometidos por adultos, aunque también se han identificado alrededor de 50 en pediatría.
En el Hospital San José, las agresiones a funcionarios se han duplicado en comparación con el año anterior. Según su director, Carlos Pérez Moreno, el personal de salud está “pagando el mal momento que vive el sistema”.
Factores que desencadenan la violencia
Expertos señalan varios factores que alimentan estas agresiones:
- Inconformidad con el triaje, cuando los pacientes no aceptan la clasificación de urgencia que reciben.
- Fricción administrativa, derivada de la falta de interoperabilidad entre EPS y hospitales, lo que retrasa la atención.
- Barreras impuestas por las EPS, que limitan la capacidad de respuesta de los equipos médicos.
El llamado del personal de salud
Pese a comprender la angustia de los pacientes, los trabajadores piden empatía. Fabio Morales, auxiliar de enfermería del Hospital de Bosa, recordó que “hay muchas personas también buscando lo mismo”. Por su parte, Laura Triana Bocanegra, jefe de urgencias en La Cardio, explicó que la prioridad siempre será salvar la vida de quien más lo necesita en el momento.
El mensaje es claro: pacientes y personal de salud trabajan por la misma causa: recuperar la vida y la salud. A pesar de las agresiones, médicos y enfermeros siguen en pie, ofreciendo lo mejor de sí para atender a quienes lo requieren.

