Continúan saliendo a la luz graves denuncias sobre las condiciones del hotel en San Andrés donde recientemente falleció una familia por presunta inhalación de gases tóxicos. En redes sociales y plataformas de reseñas, varios visitantes han reportado olores fétidos, humedad extrema y deficiencias en el mantenimiento de las instalaciones. “Olía asqueroso desde que llegamos”, relató una turista que se hospedó semanas antes de la tragedia. Estos testimonios refuerzan la hipótesis de que el establecimiento venía operando en condiciones altamente riesgosas para la salud, sin que las autoridades locales ejercieran un control efectivo.
El caso ha desatado una oleada de críticas hacia los entes de vigilancia turística y sanitaria del archipiélago, que habrían ignorado alertas previas sobre irregularidades en dicho hotel. Mientras la investigación por la muerte de la familia avanza, expertos advierten que la falta de supervisión en la infraestructura hotelera pone en peligro a miles de visitantes que cada año llegan a la isla. Las denuncias también han abierto el debate sobre la necesidad de fortalecer los mecanismos de inspección y exigir estándares más estrictos de salubridad, especialmente en destinos de alta afluencia turística como San Andrés.




