El ladrido es la principal forma de comunicación de los perros, sea con otros seres de su misma especie, otros animales o con los seres humanos; pero no es la única. Expertos han logrado comprobar que la manera en que los canes se comunican es mucho más compleja de lo que se creía algunos años atrás. El ladrido suele variar según la actitud que tenga el can: el tono, la frecuencia y el volumen son indicios que ayudan a los humanos a interpretar y entender al animal.
Es decir, los perros emiten ladridos por diferentes razones y dependerá de la forma en la cual lo hagan y sus expresiones corporales para darse una idea de lo que quieren comunicar: miedo, rabia, ganas de jugar o hambre, según el portal web ‘Experto Animal’, especializado en salud veterinaria. Ahora bien, el diario ‘El País’, de España, sostiene que el factor visual es tremendamente importante en la comunicación entre canes. Así como nosotros entendemos las palabras y los gestos faciales y corporales, ellos interpretan el tono de los ladridos y las posturas corporales.
¿Cómo? Así lo explica el medio español: «Por ejemplo, los perros utilizan un lenguaje ritualizado compuesto por la postura ofensiva (cuerpo erguido, extremidades extendidas, cola hacia arriba, orejas hacia arriba) y la postura defensiva (opuesta a la anterior). Todo ello puede acompañarse de vocalizaciones y expresiones faciales.». También es muy importante para ellos la comunicación olfativa: marcan su territorio al orinar un lugar y pueden detallar si un perro es macho o hembra y si está en celo por medio de los olores.
