Las personas, cuando piensan en adoptar un perro, por lo general piensan en un cachorro, ya que no solo es un factor importante para garantizar que pasará con nosotros muchos años, sino que también nos brinda la oportunidad de moldearlo a nuestro gusto a través del entrenamiento y la educación. Sin embargo, en los refugios y centros de adopción no solo hay canes jóvenes, sino también adultos que ofrecen y necesitan de la misma cantidad de amor, y que además vienen con algunas ventajas específicas. Hoy hablaremos un poco sobre esto.
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La primera es que por lo general ya tienen un cierto nivel de adiestramiento y hábitos básicos de rutina adquiridos a través de los años, por lo que sabe pasear, sentarse cuando se le ordena, hacer sus necesidades en el parque, etc. En conjunto, esto hace que la convivencia sea más sencilla desde los primeros días, en lugar de tener que dedicar más tiempo del día a mostrarle a un cachorro los límites de lo que puede o no hacer.
Estos animales también suelen ser más agradecidos y cariñosos, ya que por lo general han pasado momentos difíciles o simplemente han estado más tiempo sin la compañía de una persona, por lo que cuando la tienen, se muestran muy leales. No debes descartar que durante los primeros días se muestre tímido o renuente al contacto, pero es solo cuestión de darle espacio y respetar su propio carácter, más temprano que tarde será tu mejor amigo.
Si eliges un can adulto, también estarás llevando a casa una mascota más tranquila y que requiere menos actividad física que uno más joven; tendrás que sacarlo a pasear y jugar con él de todas maneras, pero será menos probable que haga travesuras en casa.
