Hoy en día, las mascotas se han convertido en una parte muy importante de la familia, tanto así que muchos jóvenes están decidiendo no tener hijos y en reemplazo adoptan una mascota para entregarle todo su amor y cariño, y aunque algunas personas no estén de acuerdo, esta situación es cada vez más común. En internet, las historias emotivas relacionadas con animales abundan y no es para menos, pues algunas son tan lindas estremecedoras que no hay forma de no quedarse enganchado a ellas. Recientemente se viralizó una historia de una familia norteamericana que cruzó medio país para adoptar a un nuevo amigo peludo con una peculiaridad.
Se trata de la familia Lankston, conformada por Sherry y sus dos hijos. La madre cabeza de familia tomó la decisión de viajar desde Seattle a San Diego en automóvil y en medio de una torrencial tormenta invernal para adoptar a Harvey, un canino de raza Husky siberiano que había sido rechazado por varias personas por tener una deformidad facial que le hace lucir una sonrisa peculiar. La oficial humanitaria del Departamento de Servicios para Animales del Condado de San Diego, Joy Ollinger, quien constantemente apoya en la labor de encontrar familias para los perros desamparados, había publicado una fotografía del peludo de la que Sherry se enamoró. «Los refugios están repletos de animales asombrosos que serían excelentes mascotas familiares», dijo Ollinger.
Tan pronto la madre observó la foto tuvo un amor a primera vista y no dudó en viajar más de 2.600 millas para recoger a quien se convertiría en su nuevo amigo fiel. «Vi esa sonrisa tonta y supe que teníamos que conocerlo. Han pasado algunos años desde que pudimos visitar a nuestros amigos y lugares favoritos en San Diego, entonces, ¿por qué no? Roadtrip», dijo. Y añadió “no estaba buscando activamente un nuevo bebé peludo, pero la cara dulce de este animal me tiene desmayada”. Aunque era posible que cuando llegaran al centro de adopciones alguien más se hubiera llevado a Harvey, la mujer decidió correr el riesgo y emprendió su travesía de varios días. «No hay nada triste en que un animal encuentre su hogar definitivo. Estaremos muy felices por él y disfrutaremos visitando a nuestros amigos y tomando el sol antes de regresar al norte», comentó.




