El periodista y activista iraní se suicidó esta semana tras demandar la liberación de los cautivos. En una entrevista realizada en 2022, relató a DW cómo su vida había sido impactada por el aislamiento.
Durante la segunda semana de noviembre de 2024, Kianoosh Sanjari, periodista iraní y defensor de los derechos humanos, publicó un mensaje en la red social X, afirmando que, si no se liberaba a cuatro prisioneros políticos antes de la noche siguiente, se les quitaría la vida en protesta contra el máximo líder del régimen, el ayatolá Alí Jamenei.
Después se divulgaron dos mensajes adicionales, en los que se reforzaba la resolución de Sanjari de ejecutar su plan. Posteriormente, tanto activistas políticos como civiles corroboraron la defunción de Sanjari. Los pormenores íntegros de lo ocurrido aún no están claros.
Sanjari, de 42 años, había sufrido múltiples arrestos y detenciones realizadas por la República Islámica desde su edad de 17 años.
«El aislamiento me perturbó el alma»
En una entrevista de 2022, que aún no se ha divulgado debido a los sucesos que rodearon el fallecimiento de la joven kurda iraní Mahsa Amini tras ser detenida por supuesta violación al riguroso código de vestimenta de Irán, DW cuestionó a Sanjari acerca de cómo el aislamiento había impactado su existencia.
«El impacto beneficioso del aislamiento en mí fue que me fortaleció como paciente y resistente.» «Expandió mi percepción del mundo y me mostró la confianza en la dictadura», declaró.
«No obstante, admito que el aislamiento también afectó mi alma y mi espíritu.» Previamente, en ocasiones reflexionaba sobre la muerte e incluso tenía dudas, pero con el paso del tiempo, gracias a un entendimiento más profundo del mundo que me envuelve y de la historia de la humanidad, mi tristeza se redujo. «Logré comprenderme mejor tanto a mí mismo como a los demás», aclaró.
