La vida de Valentina Ospina Suárez, una adolescente de apenas 14 años, se apagó en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario de Neiva, donde permanecía desde el domingo, tras recibir un disparo en la cabeza. Era la segunda víctima del brutal ataque sicarial ocurrido en la vereda El Venado, corregimiento de Fortalecillas, al oriente de la capital huilense.
Valentina, una joven estudiante con sueños y futuro por delante, luchó durante dos días por sobrevivir. Médicos, enfermeros y su familia mantuvieron la esperanza, pero las graves lesiones terminaron por arrebatarle la vida. Su muerte se suma a la de Jesús Adrián Sandoval, de 15 años, su amigo, quien murió en el lugar del ataque tras recibir múltiples impactos de bala.
Ataque cobarde
Todo ocurrió en un abrir y cerrar de ojos. La tranquilidad del sector rural fue interrumpida cuando dos hombres encapuchados, a bordo de una motocicleta NKD negra con luces moradas, llegaron hasta el frente de la casa de Valentina. Allí, sin mediar palabra, abrieron fuego contra los dos menores que se encontraban conversando en la entrada.
Jesús Adrián cayó al instante. Valentina, malherida, fue trasladada de urgencia a la ciudad, donde ingresó a la UCI con pronóstico reservado. Las balas no solo truncaron dos vidas, también sembraron miedo, indignación y una enorme incertidumbre en una comunidad que no entiende el porqué de tanta violencia contra los más jóvenes.
Dolor y esperanza
En medio del profundo dolor, los familiares de Valentina tomaron una decisión que habla de la nobleza de su corazón: donar sus órganos. Su partida física se convierte así en un acto de generosidad, que permitirá que otras personas tengan una nueva oportunidad de vida.
«Fue una decisión muy dura, pero creemos que Valentina estaría orgullosa. Su luz no se apaga del todo», expresó un familiar conmovido. Las autoridades del hospital confirmaron que el proceso de donación se realizará bajo todos los protocolos, y que varios órganos ya han sido asignados a pacientes en espera.
Investigación abierta
La Policía Metropolitana de Neiva y la Fiscalía adelantan la investigación para dar con los responsables de este doble homicidio. Aunque no se ha confirmado el móvil, se presume que se trataría de un ajuste de cuentas, aunque la hipótesis no ha sido corroborada.
El coronel Héctor Jairo Betancourt Rojas, comandante de la Policía Metropolitana, aseguró que se están revisando cámaras de seguridad de la zona y recolectando testimonios que permitan identificar a los autores materiales e intelectuales de este crimen que ha causado conmoción en todo el Huila.
Port otro lado, la comunidad de Fortalecillas y familiares de las víctimas exigen justicia. El miedo ha comenzado a apoderarse de los habitantes de esta zona rural, quienes sienten que la violencia urbana ha comenzado a penetrar en sus territorios. «Pedimos que no nos olviden, que esto no se quede en la impunidad», manifestó un líder del corregimiento.




